Nadie se mueve

Han pasado 10 días de las elecciones y me atrevo a decir que estamos casi igual que la mañana del 24 de julio. Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez han comenzado un curioso intercambio de mensajes cuyos destinatarios, en realidad, somos todos los demás. Un duelo epistolar al estilo de los escritores del Siglo de Oro en el que los dos argumentan los motivos de por qué deberían gobernar. Lo que opinen los demás está de más, como cantaba Mecano. El resto de partidos asisten, de momento, poco menos que de convidados de piedra, a pesar de que a ninguno de los dos presidenciables le dan los números en solitario.

Votos vs. apoyos

Quiero remarcar la cuestión aritmética porque en algo sí tiene razón Sánchez: No gobierna quien más votos ha obtenido, sino el que más apoyo logre para la investidura. Eso es justamente lo que tuiteó Feijóo -y Twitter le tuvo que corregir- y de eso saben un rato en el PP, donde tienen hasta cuatro presidentes autonómicos que han gobernado sin haber ganado las elecciones. Por eso, empieza a resonar como un clamor el caso casi omiso que ambos están prestando al resto del arco parlamentario. Está claro que la Presidencia se dirimirá entre el uno y el otro, pero va llegando la hora de empezar a hacer caso a sus potenciales socios.

Socios así

Dentro de toda esta vorágine, merece un comentario que el único apoyo confirmado de Alberto Núñez Feijóo, UPN, no ponga en duda ya que vaya a gobernar, sino que lo da directamente por imposible. El presidente de UPN, Javier Esparza, hace como ese niño de la fábula que señala con el dedo y exclama: “¡El emperador va desnudo!” al señalar lo evidente, lo que todos ven (pero nadie en el PP se atreve a pronunciar). Que es legítimo que Feijóo lo intente, pero “la realidad política es otra” y la realidad es que va a tener más votos en contra que a favor. Muy elocuente que Esparza lo zanjara con un “No se puede estar engañando a la gente”.

Un ultimátum

Las aguas bajan revueltas también en Navarra. Las negociaciones para cerrar el próximo Gobierno Foral, que se pausaron por los Sanfermines y la campaña, no están llegando a buen puerto. Geroa Bai, socios del PSN en el anterior Ejecutivo, le han dado un ultimátum a la formación de María Chivite: que desbloqueen los contactos o se busquen otro socio, que podría ser EH Bildu. Argumentan que el PSN parece querer forzar su salida desdibujando el papel de la coalición en el Ejecutivo. Ante estas acusaciones de calado, el PSN simplemente replica que hagan “una contraoferta”. Sería buena más seriedad y no un simple mercadeo.

Su propia medicina

A partir del año que viene, unos 1.400 millones de personas necesitarán el visto bueno del Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes para acceder al espacio Schengen. Un trámite que, sin ir más lejos, ya hay que cumplimentar para viajar a EEUU. Bien, pues allí han puesto el grito en el cielo. El propio Donald Trump promete, si regresa a la Casa Blanca, eliminar una medida que ha soliviantado también a los hijos de la Gran Bretaña, que se quejan de que los europeos no les respetan. Como escribe algún tuitero, hilarante es poco porque, al fin y al cabo, van a recibir de su propia medicina.