Tras un acuerdo de bases inédito que logró el consenso del 90% del Parlamento Vasco y un año de trabajo, la Cámara tiene ya en su poder el proyecto de Ley de Educación de Euskadi. Tanto el texto como las reacciones de los distintos partidos políticos, sindicatos y otros actores son públicos. Y merecen alguna reflexión. La primera de ellas es que parece que en Euskadi se están replicando algunas de las (malas) actitudes que se dan en la política española, aunque en algún caso con el papel cambiado de perjudicado de esas acciones a perjudicador –palabra que no solo está en el diccionario sino que es muy apropiada al caso–, lo que dice mucho de los protagonistas. Empecemos por el PSE, socio de Gobierno de coalición con el PNV. Los socialistas avalan la ley en el Consejo del Ejecutivo pero luego públicamente ponen pegas. ¿Les suena? Sí, muy similar a lo que le hace Unidas Podemos a Pedro Sánchez: estar en el Gobierno y en la oposición. Las reticencias de Andueza parecen ir por la desaparición de facto, aunque en realidad no se derogan, de los modelos lingüísticos, un sistema que se acuñó hace cuarenta años. Tiempo en el que la sociedad vasca ha cambiado mucho. No hay más que ir a los datos de matriculación para ver su evolución: el 70% de las familias elige el modelo D, en euskera. El A, en castellano, transita hacia la irrelevancia. Estos modelos han servido durante cuatro décadas, pero es tiempo de otro modelo. Otra reacción a resaltar es la de Elkarrekin Podemos, que se sumó el año pasado al consenso en el último minuto y se ha ido despegando de él con argumentos que el propio texto contradice y desprecia su posible mejora en el Parlamento con su anunciada enmienda a la totalidad en solo 24 horas. Mi opinión es que Podemos se sumó por vértigo y se sale por vértigo. O se unió precisamente para poder salirse. En cuanto a EH Bildu, está adoptando una postura formalmente responsable, de apoyo crítico y con expectativas de mejora en el trámite parlamentario. En cuanto a PP+C’s y Vox, estos sí, pura coherencia. E insolvencia. Así está el patio del colegio.
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