El silencio de Almeida

El referente político más cercano a la ciudadanía es el primer edil de una localidad. El puesto de alcalde lleva consigo, de forma intrínseca, un contacto íntimo con sus conciudadanos, así como con los empleados a su cargo. A las duras y a las maduras, les toca tanto dar pésames como entregar galardones y distinciones. Aunque la prepotencia parece no encajar bien con las noticias luctuosas. El máximo mandatario de la capital del Estado, José Luis Martínez-Almeida, ha optado por el más absoluto silencio, al menos en sus redes sociales, tras el fallecimiento de un trabajador del servicio municipal de limpieza por un golpe de calor.

 

Educación y política

El nivel de la clase política española ha descendido en los últimos lustros. Salvo cercanas excepciones, lejos quedaron aquellos finos oradores que rebatían al contrincante político con elegancia y educación. Aunque tampoco se puede negar que, salvo por nostálgicos cavernícolas, el volumen de insultos y la dialéctica de brocha gorda han estado menos presentes en el último debate del estado de la nación. Por suerte ya no poseen escaño difamadores profesionales, como Marcos de Quinto, que no se sonroja al calificar de imbécil a todo aquel que no comulga con sus ideas. 

 

De aquellos barros

Los grandes perjudicados por el bloqueo a las exportaciones españolas por parte del gobierno argelino son las empresas. Las quejas del ejecutivo español a las autoridades europeas no parecen haber generado excesivo nerviosismo entre los dirigentes magrebíes, ya que sólo se permite la llegada de mercancías de “urgencia” o “transferencias libres”. El acercamiento a Marruecos, con la aceptación de su plan para el Sahara, planea sobre esta decisión. Encenderemos la bola de cristal a ver si somos capaces de vislumbrar, allá en el futuro, las razones de estos cambios de estrategia del gobierno de Sánchez.

 

Negacionistas de la diversidad

La evolución del reconocimiento de la diversidad sexual es tan palpable como el crecimiento de las siglas del colectivo. Con muchas más sombras que luces, la ministra de Igualdad, Irene Montero, a rebufo, en muchos casos de leyes aprobadas en el Parlamento Vasco, ha impulsado la lucha en favor del colectivo LGTBI+. La cara B de esta batalla la encontramos en Twitter. No hay declaración, manifiesto o estudio que no aprovechen desde la ultraderecha para pedir la cabeza de la dirigente de Podemos. Y si me apuran ustedes, a retornar con presteza a los tiempos de la ley de vagos y maleantes.

 

 

Muniaín, presumir del error

No voy a negar que mis preferencias deportivas se inclinan a los tonos rojos y blancos, por ello resulta especialmente irritante la anécdota que comparte, en un programa de televisión, Iker Muniaín y que ha sido amplificada por las redes sociales e infinidad de medios. Narra una escapada a Madrid para ver un partido de futbol, cuando su equipo estaba en puestos de descenso y jugaba al día siguiente. El tono jocoso invita a una doble reflexión, si lo tomáramos como un pecado de juventud, lo achacaríamos a la edad y esperaríamos una disculpa. Vanagloriarse de una actitud poco profesional es harina de otro costal.