os gusta repetir aquello de “porque fuimos, somos, y porque somos, seremos”. Sin embargo, desconocemos cada vez más que las cosas las hacen los seres humanos con cara, ojos, nombre y apellidos. Digo esto porque se ha vuelto a repetir un hecho demostrativo del inquietante adanismo en el que vivimos. Pasó con José Ignacio Arrieta, impulsor del Ingreso Mínimo de Inserción, la actual RGI, al fallecer hace dos años, y ha vuelto a pasar tras el fallecimiento de Xabier Agirre, la semana pasada, sucesor del diputado José Antonio Agirre y Mitxel Garteiz en la alcaldía de Getxo, y primer Consejero de Sanidad tras el fallecimiento de Franco. No hubiera estado de más haberle dedicado tiempo y espacio en los medios públicos a quien en 1983 puso en marcha Osakidetza y preparó la transferencia del Insalud a Euzkadi. Aquí, al parecer, solo se puede hablar de Osakidetza en clave de huelga, confrontación y crisis pero jamás poner en perspectiva realidades positivas y reconocer a los demás el trabajo bien hecho. Esto es un poco miserable y habla pésimamente de nuestra sociedad. El mundo político-funcionarial-sindical ha creado una burbuja a su servicio, y lo demás les importa menos que nada. No hay valores.

Xabier Aguirre no llegó a mesa vacía. En 1978 se creó el Consejo General Vasco y fue Andoni Monforte el primer consejero de Sanidad preautonómico. Tuvo viceconsejeros de la talla de Ángel Larrañaga, que era el director del hospital de Arrasate y de José Andrés Gorritxo que llegaba tras planificar para la Diputación de Navarra el hospital de Tudela. Monforte era director en Fagor -exterior de la sanidad privada del grupo. No tenían competencias pero diseñaron la primera planificación sanitaria, impidieron la aberración de un materno infantil en Donostia con mil camas y sobre todo apostaron por los hospitales comarcales como Mendaro, Irun, Zumarraga que fueron una realidad posterior. Gracias a aquella planificación.

Gorritxo fue posteriormente un gran gestor sanitario. Director del Instituto catalán de la salud y del Igualatorio le pidieron al Dr. José Mari Bengoa que colaborara con ellos. Bengoa había sido en 1936, en Lehendakaritza, en el Carlton, secretario de sanidad militar del Gobierno Vasco, y, exiliado en Venezuela, médico de un pueblecito, Sanare, donde cerrando una laguna mosquitera acabó con todas las infecciones. Representó a Venezuela en la Organización Mundial de la Salud en Ginebra. Era, pues, gente muy curtida de forma que cuando llega Xabier Aguirre al Departamento este tramo estaba siendo recorrido y Aguirre lo puso a valer con una persona extraordinaria y de gran sensibilidad social como el antiguo gudari y médico altamente apreciado como D. Andrés Aia Goñi que fue su viceconsejero. Hicieron un trabajo que dejó honda huella.

Recuerdo asimismo al lehendakari Urkullu leyendo en la Casa de Juntas de Gernika la carta de despedida de una vida que iban a arrebatar del primer Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco, el republicano Alfredo Espinosa quien le dirigió poco antes de ser fusilado al lehendakari Agirre. Se encontraba Espinosa en Iparralde preparando la evacuación de niños y ancianos y pudiéndose haber quedado y protegido cogió un avión tripulado por un traidor, el aviador Yanguas, que lo aterrizó en la playa de Zarautz. Detenido, fue fusilado con Lauaxeta. El gobierno de Urkullu designó el Hospital de Urduliz en 2019 como Alfredo Espinosa. Desgraciadamente nadie le llama así. En Madrid el Ramón Cajal es el Ramón y Cajal y no el Fuencarral, barrio donde está situado, y en Nueva York, ¡buenos son los judíos para que su hospital Mount Sinaí lo cambie nadie por Nueva York!, pero aquí sí. Cada vez hay menos conciencia de identidad histórica quizás por ese desprecio a un pasado perseguido y negado o esa creencia de que lo que vivimos nace en 1960. Xabier Aguirre no era de esos. Editó una monografía sobre Espinosa y honró a su viuda.

Algo se está haciendo mal cuando la gente joven no tiene ni idea, ni interés, en la evolución de nuestra sociedad. Se ha recordado el cuarenta aniversario de ETB, quitando la I, porque Radio Euskadi nació en 1936 en plena guerra con el primer mensaje de Gabon del Lehendakari Agirre. Pasó a Barcelona y luego a Bayona, hasta que los franceses la cerraron y de allí a Venezuela hasta 1977. Radio Euskadi no cumple cuarenta años si tenemos un mínimo de respeto por el trabajo benemérito de dos generaciones, como tampoco los ha cumplido la Ertzaintza por mucha propaganda que nos han difundido. Si cumple cuarenta años ETB, que nació tras un duro parto, bajo todo tipo de sospechas y con amenazas de entrada de la policía y guardia civil en Iurreta cuando comenzó a emitir en castellano. Oírle glosar EITB a uno de aquellos periodistas de la IA que se creen “la tapa del frasco”, hoy en Sortu, ayer en HB, hablar del Ente como la gran conquista y omitir sospechosamente cualquier comentario a lo ocurrido el 31 de diciembre de 2008 cuando a las once del mediodía un coche bomba explotó con 100 kilos de carga explosiva causando graves destrozos dentro y fuera del edificio, tiene bemoles. Yo si recuerdo el bombazo pero no la condena de este bocazas. A los salvadores de la patria no les gustaba la información del Ente e hicieron lo que sabían, destruir. Sin embargo nada se ha dicho en este aniversario. Y es que hay un intento manifiesto de rezar el credo desde Poncio Pilatos. Las nuevas generaciones creerán que el periodista, del que hablo y que se cree “la coca cola del desierto”, ha sido el impulsor de un ente público puesto en marcha por gentes a las que se les acusa de montar un Telebatzoki cuando nada menos que dos presentadoras de ETB son parlamentarias de Bildu en la Cámara Vasca. Con todo derecho, si, pero sin ningún reconocimiento al trabajo de los demás y por una despreciada apuesta estatutaria que a ellos les ha permitido ejercer una profesión. Y tira millas. Afortunadamente ya no hay violencia, aunque no por razones éticas, pero seguimos padeciendo la influencia distorsionadora en todo que nos dejó ETA.

Otro interesante debate pendiente en relación a este mundo camuflado es su modelo económico. Se han cargado la posibilidad de que Amazon se instale en Oiartzun. Hace exactamente un año prohibieron una importante inversión industrial en Corrugados de Azpeitia, y se negaron a negociar nada. No promueven iniciativas serias que tengan respaldo económico pero a la hora de prohibir, son maestros. No debieron estar aquel mayo del 68 en París que les dijo a las claras aquello de “prohibido prohibir”. Ya se vio en su modelo de recogida de basuras y ahora en Oiartzun con la plataforma logística de Amazon. Llevado este caso al Parlamento Vasco y preguntada la Consejera Tapia sobre la decisión de esta multinacional de descartar la apertura, Tapia afirmó que el Gobierno Vasco “no celebra de ninguna manera” que este proyecto se haya descartado, dado que supone una “pérdida” de puestos de trabajo para la zona. Además, afirmó que una plataforma logística de este tipo “es plenamente compatible” con la actividad económica de Euskadi. Tapia subrayó que el impacto del modelo económico de Amazon sobre el comercio de Euskadi seguirá siendo el mismo, con independencia de que esta plataforma logística se abra en Oiartzun o en cualquier otra localidad de Euskadi o de las comunidades limítrofes. Tiene razón. La pueden montar en Bayona, en Iruña, en Burgos o en Zaragoza, porque reunía todos los requisitos y sobre todo el más importante: nadie está obligado a comprar en Amazon. Yo no lo hago. Seguramente más de uno de los “prohibidores “si lo hace. ¿Y ante eso qué?. Pues una apuesta por el pequeño comercio que es lo que acaba de hacer el ayuntamiento de Bilbao para proteger y fomentar locales cerrados. Impulsar con casi un millón de euros un plan para implantar negocios empresariales nuevos en las Siete Calles que impulsen productos o servicios artesanos, el diseño y otras iniciativas con identidad propia. Frente al No por todo, el SÍ.

En este ambiente, es muy desalentador, aunque muy clarificadora, la postura de Sortu ante la invasión rusa a Ucrania un país que se autodeterminó en 1991. Ese ramalazo de ideología totalitaria nos la camuflan por aquí. La mayoría de la población vasca que hemos institucionalizado este país a cotas importantes de autogobierno, tenemos derecho a preguntar a este mundo acusador de la IA cuál es su proyecto político y social concreto, más allá de su “alternativa global” y “cambio de sistema”. Cuál es, no solo su cuadro final revolucionario, sino su marco jurídico concreto y alternativo al actual Estatuto, su proyecto socioeconómico de cara a la industria, a la investigación tecnológica, al paro, a la Universidad, a la libertad de expresión. Algo que constituye una alternativa real en un país real, fuera del perpetuo no a todo y del constante eludir responsabilidades concretas. Huelga proclamar que la mayoría, remedando el célebre libro del diputado Agirre, elige la libertad frente a la revolución, el respeto frente a la imposición, la paz frente a la violencia, la justicia frente a la explotación y el promover frente al prohibir. Como hicieron Xabier Aguirre y José Ignacio Arrieta. Que no nos metan gato por liebre. l

* Diputado y Senador de EAJ-PNV (1985-2015)