ntiendo que la gente joven piense que la Euskadi de hoy y el PNV gobernante es algo lógico y natural. No siempre ha sido así y conviene recordar aquella salida de la clandestinidad, con la estructura del franquismo intacta hace ahora, exactamente, 45 años. El Gobierno Vasco en el exilio era silenciado y considerado como una lámpara sin bombilla colgada en el techo del exilio. El PNV era una antigualla autonomista y de derecha con un líder mayor y cara de vinagre. El PSE era un partido sucursalista y el futuro, según Monzón era de los “gudaris de hoy”, no de los “gudaris de ayer”. Ante esto una juventud seducida por la lucha armada y con un lenguaje de trinchera competía con sus ismos, troskismo, maoísmo, castrismo, marxismo duro y excluyente, leninismo, anarquismo, puño en alto, look de sudadera propio de su pensamiento y acción junto a la reivindicación de la dictadura del proletariado y la lucha de clases ante empresarios ladrones. De hecho, la primera víctima tras la muerte de Franco, fue el empresario Aingeru Berazadi. No era fácil apelar a los valores occidentales con principios concretos, como la libertad individual, la legalidad, la igualdad jurídica, el pensamiento crítico, el europeísmo, los derechos humanos universales, el pluralismo, la alternancia y separación de poderes, el abertzalismo humanista, en definitiva la cultura judeo cristiana, esparcida por Europa y extendida en América. Era la razón y la conciencia humana venciendo el dogmatismo absolutista y al inconsciente animal o tribal, es decir, Occidente. Era pues difícil sobrevivir y levantar bandera en aquel desierto plagado de dogmas, pero se hizo. Había que recuperar el tiempo perdido, abrir la botella y desatar lo atado y bien atado.
No fue fácil pero tras un año de trabajo en 1976 se fue logrando superar aquellos dos ambientes tóxicos en las incipientes organizaciones municipales, haciéndose el trabajo sin batzokis, sin internet, sin libertad de expresión, con ETA y la extrema derecha retroalimentándose en su violencia, sin instituciones democráticas, con debates cansinos en asambleas sobre quién era más revolucionario y menos sucursalista y combatiendo una estructura franquista que apolillada, seguía ahí, a pesar de la muerte del dictador. Y sin embargo, la brújula funcionó. Para colmo solo había incipientes partidos que parecían botecitos en la niebla, aunque el nuestro era un partido que en 1977 tenía 82 años y que había pasado más de 47 ilegalizado y perseguido aunque, tercamente, había mantenido su estructura en aquel maratón infinito. Un partido casi ahogado en la sopa de siglas del momento y al que tildaban de recuerdo del pasado. Pero no contaron ni con la sigla, la memoria, la emoción, las vivencias, la contextura moral y la voluntad de quienes querían entregar el testigo. Por eso conviene recordarlo.
En 1977, cuarenta y un años después, el Partido Nacionalista Vasco pudo celebrar sus Asambleas Territoriales en la Euzkadi peninsular. Cuarenta y un años de lucha, exilio, clandestinidad y provisionalidad terminaron con la elección de los Consejos territoriales, llamados entonces Regionales, y con la aprobación hecha por la Asamblea de las enmiendas y ponencias y con la designación de apoderados que las defendieran en la Asamblea Nacional que se celebró en Iruña los días 25, 26 y 27 de marzo. Fue la salida a la luz desde las tinieblas.
En Bizkaia todo transcurrió en Euba el 18 de marzo de 1977 en el más estricto orden. Los apoderados designados por las distintas organizaciones municipales, después de mostrar sus correspondientes credenciales, fueron ocupando los lugares asignados. Juan de Ajuriaguerra hizo la presentación de la Asamblea señalando el carácter histórico de la misma y recomendando que el lema de “Batasuna ta Indarra” se cumpliese a cabalidad. Jesús Solaun leyó la convocatoria de la Asamblea para dar paso a la lectura del número de Organizaciones Municipales y del número de Apoderados presentes. En ese momento se encontraban en la sala 69 Organizaciones Municipales y 105 Apoderados. Como observadores sin voz ni voto, se encontraban presentes personas de Orduña, Orozko, Otxandiano y Elantxobe. Posteriormente, la Asamblea decidió otorgarles plenos derechos a estos municipios. Hecho el recuento, Jesús Solaun declaró constituida la Asamblea. Inmediatamente dio comienzo la misma designándose la Mesa de Asamblea que quedó constituida por Ajuriaguerra, Solaun, Arredondo, Elorriaga, Isasi, Zubiri, Retolaza, Arzalluz y Estrade.
Sometido a consideración de los apoderados el plan de trabajo y el reglamento, éste se aprobó la misma noche del viernes. Durante esta primera sesión se contó con la innovación de la traducción simultánea al intentarse lograr que el euskera no fuese supeditado al castellano en ningún momento. Aquellos apoderados euskaldunes hablaron euskera, explicando en nuestra vieja lengua, los mandatos y las aspiraciones de sus municipios. Es de destacar la decoración de la sala presidida por un gran retrato de Sabino Arana y las fotografías de los Lehendakaris Aguirre y Leizaola. Una gran pancarta decía: “Bizkaiko Batzar Nagusia. 1895. 1933. 1977”. Detrás podía leerse: “Batasuna ta Indarra”. Un servicio de orden vigilaba el recinto de los Pasionistas de Euba. Fuera, ondeaba a los cuatro vientos una gigantesca ikurriña.
El sábado fue un día de intenso trabajo. El estudio y la discusión de la ponencia política llevo toda la mañana, con un breve descanso, y parte de la tarde. La defensa de la ponencia estuvo a cargo de Xabier Arzalluz. Los apoderados iban presentando sus enmiendas argumentando el porqué de las mismas. El ponente admitía o rechazaba la enmienda y ésta se sometía a votación de la sala. Fue un debate muy vivo y participativo. Durante la comida fue repartido el folleto “Euzkadi Europa” así como las ponencias y comunicaciones presentadas por el PNV.
Cumpliendo el horario se pasó a la discusión de la ponencia cultural. Ésta fue defendida por Iñigo de Aguirre. Después de un breve descanso dio comienzo la discusión de la ponencia de Organización defendida por Josu Bergara. Es de destacar el hecho que estando celebrándose la Asamblea y después de la defensa de la ponencia cultural Iñigo Aguirre, J. J. Pujana, Lourdes Munitxa y M. Pagola tuvieron que ausentarse de la sala pues tenían que conferenciar sobre el PNV en Zaldibar. Y llegó el domingo dándose comienzo la Asamblea finalizándose la discusión de la ponencia cultural. Para el fin de la mañana estaba totalmente discutida la ponencia de organización.
Al conocerse la noticia del fallecimiento del ex presidente del EBB Ixaka López Mendizabal la Asamblea puesta en pie guardó un minuto de silencio. Juan de Ajuriaguerra sometió a consideración de la sala el envío del siguiente telegrama: «Familia López Mendizabal. Tolosa. La Asamblea del Partido Nacionalista Vasco de Bizkaia reunida en Euba ha acordado un minuto de silencio y que conste en acta el sentimiento por la muerte del gran patriota en JEL, Ixaka (Goian bego). En su nombre y en el mío quiero comunicar el gran pesar que ese fallecimiento nos ha producido. Ajuriaguerra».
Durante toda la tarde se discutió la ponencia socioeconómica. La defensa estuvo a cargo de Kepa Sodupe. Al finalizarse la discusión de todas las ponencias se tributó a los burukides Ajuriaguerra, Solaun y Arredondo un largo y caluroso aplauso por haber mantenido durante más de cuarenta años el testimonio del espíritu del partido y de un pueblo en lucha. Los tres eran los supervivientes del último Bizkai Buru Batzar elegido en 1936. En calidad de observadores se contó con la presencia de dos miembros del Napar Buru Batzar y uno del Gipuzko Buru Batzar.
Antes de procederse a la elección de cargos territoriales Juan de Ajuriaguerra destacó la importancia de una buena elección, la necesidad de un equipo homogéneo para que pudiera actuar sin tensiones internas, la importancia de una buena representación y el hecho de que los burukides electos después de la elección serían representantes de Bizkaia y no de grupos ni de zonas. Después de un breve descanso se procedió a la votación quedando constituido el nuevo Bizkai Buru Batzar de la siguiente manera: Ajuriaguerra, Aguirre, Arzalluz, Bergara, Anasagasti, Intxaurraga, Pujana, Ormaza, Sodupe y Zubiri. Seis ya fallecidos. Durante el escrutinio, Juan Ajuriaguerra contestó a las distintas preguntas que le formularon sobre temas tan diversos y candentes como la amnistía, la comisión negociadora, el Aberri Eguna, la prensa, el registro del Partido, etc. La claridad de las respuestas de aquel genial ingeniero dejó muy satisfecha a la sala. El nuevo Bizkai Buru Batzar fue invitado a pasar al estrado para clausurar la asamblea que dio fin al entonar el himno nacional de Euzkadi.
Se puede decir que el lema de la Asamblea “unión y fuerza” se cumplió a cabalidad. Fueron tres días de trabajo. Después del intenso y agotador esfuerzo y de la elección de burukides el Partido Nacionalista Vasco en Bizkaia se encontraba fuerte y unido, con su maquinaria a punto para dar la gran batalla por la amnistía y las elecciones del 15 de junio. Hace ahora 45 años. * Diputado y Senador de EAJ-PNV (1985-2015)