ivimos un atípico verano, en este 2020, marcado por una pandemia que seguimos padeciendo, que sigue condicionando nuestro quehacer cotidiano y que nos sitúa en la antesala de tiempos de reconstrucción social y económica. Un verano que, para las mujeres y hombres de EAJ-PNV, tiene también su significación política. El pasado 31 de julio, día de San Ignacio, nuestra organización cumplió 125 años de historia. De ellos los 110 últimos veranos Euzko Alderdi Jeltzalea-Partido Nacionalista Vasco lleva presente en Nafarroa. A pesar de todos esos discursos interesados que quieren situarnos como algo ajeno a esta Comunidad la tozuda realidad es que este partido es parte activa de la historia de Nafarroa en la que viene ejerciendo su acción política desde hace nada menos que 110 años, que se cumplen este verano. Y con absoluta legitimidad para seguir haciéndolo centenares de años más.
Fue precisamente en junio de 1910 cuando aparecieron las primeras noticias oficiales de la organización nacionalista en Navarra, con la creación del Centro Vasco de Pamplona-Iruñea (equivalente a lo que hoy conocemos como batzoki) en la Plaza de San José. La inauguración de este primer centro en tierras navarras tuvo lugar un 21 de junio. El reglamento de la Sociedad fue presentado el día 5 de junio en el Gobierno Civil de Nafarroa por Antonio Irurzun, como presidente de la misma, y Manuel Aranzadi, como secretario. Era el inicio de la primera Organización Municipal.
Aún pasarán dos años, antes de que se funde en Nafarroa una nueva sociedad nacionalista. Se trata del Batzoki Urroztarra (de Urroz Villa), que se constituye en el Registro de Asociaciones del Gobierno civil de Nafarroa el 28 de junio de 1912, fecha en que, asimismo, es aprobado su reglamento. Siguieron otros centros en diversos puntos de la Comunidad (Puente la Reina-Gares, Estella-Lizarra, Aoiz, Arbizu, Elizondo, Leitza, Marcilla, Goizueta, Sesma, Sangüesa, Tafalla, Atarrabia, etc.). Al principio dichas entidades se definieron como “centros recreativos”, pero nacieron con una clara voluntad social y política que ha permanecido posteriormente. Doce años más tarde, el 21 de junio de 1934, en tiempo de la II República se constituirá una nueva fundación, que se denominará Sociedad Euzko Etxea.
Es la II República española un tiempo interesante para el partido en Nafarroa. Un régimen político que ahora se demanda por algunos sectores en nuestra tierra y que contó con un alto compromiso de EAJ-PNV que llegó a tener a un navarro jeltzale, D. Manuel de Irujo, como ministro del Gobierno. Un tiempo en el que, también en un verano (de 1931) se celebraba la Asamblea de alcaldes vasco-navarros en Estella-Lizarra. El llamado Estatuto de Estella se elaboró sobre un primer borrador de la Sociedad de Estudios Vascos que la asamblea de alcaldes vasco-navarros celebrada el 14 de junio de 1931 aprobó antes de que las Cortes Constituyentes hubiesen aprobado la Constitución republicana, con una mayoría de carlistas y nacionalistas vascos. Y es que nada más proclamarse la II República Española comenzaron reclamaciones desde distintos ámbitos para la realización de un estatuto de autonomía. Se realizaron consultas en 582 ayuntamientos con un apoyo al mismo del 83,30 %. Se nombró una comisión permanente de alcaldes (Sangüesa, Getxo, Azpeitia y Llodio) que confió su redacción a la Sociedad de Estudios Vascos. Un proyecto fuerista y de raíz municipalista que, finalmente, no llegaría a prosperar.
Otro verano, el de 1936, constituye un momento de aciago recuerdo en esta larga trayectoria del Partido Nacionalista Vasco en Nafarroa. El verano del golpe militar franquista contra el régimen legítimo de la República que traería años de dictadura, cárcel, exilio y silencio para miles de nacionalistas vascos, también en Nafarroa. En el ocaso de ese mismo verano del alzamiento, en el mes de septiembre, Fortunato Agirre, alcalde de Estella-Lizarra y miembro del Napar Buru Batzar (y uno de los impulsores entonces del C.A. Osasuna), quien en la etapa previa protagonizó aquel intento de Estatuto Vasco-Navarro sería vilmente asesinado por los fascistas. Comenzaba la larga noche de la dictadura en la que EAJ-PNV supo sobrevivir en unos años convulsos y duros manteniendo un engranaje que funcionó con eficacia en el exilio y una organización activa hasta la muerte del dictador y la llegada de la Transición.
Comienza la llamada etapa democrática y EAJ-PNV sale de la clandestinidad con la Asamblea de Iruñea de 1977. Otro hito en la historia de este partido que se produce en suelo navarro. Vendrán los años de la institucionalización y la definición del Estado autonómico que en el caso de Nafarroa se articulará en la actual Comunidad Foral. Vendrá el amargo episodio de la escisión a mediados de los años ochenta que afecta especialmente al partido en Nafarroa. Y llega un tiempo en el que, con sus vaivenes, EAJ-PNV dará continuidad a una acción comprometida con el bienestar y calidad de vida de la ciudadanía navarra en las nuevas instituciones municipales y forales. Coherente con la idiosincrasia de un partido abertzale, de vocación institucional y raíz foral. Profundamente humanista. Total y absolutamente europeísta y con gran sensibilidad social. Y con un ideario político radicalmente comprometido con el autogobierno, con el respeto a la voluntad de los navarros y navarras y al ámbito de decisión de la actual Comunidad Foral, con las instituciones forales de las que mayoritariamente hemos decidido dotarnos y con una bilateralidad real en las relaciones de Nafarroa con el Estado.
Las mujeres y hombres de EAJ-PNV no hemos venido ni aterrizado de ningún lado como algunos intentan permanente hacer ver. Porque EAJ-PNV es parte de Nafarroa. Actúa en política en Nafarroa. Lleva 110 años haciéndolo. 110 años contribuyendo a tomar centenares de medidas para mejorar la sociedad y calidad de vida desde los ayuntamientos, el Parlamento Foral (que en estos años tengo el honor de presidir), el Gobierno de Nafarroa y también las Cortes Españolas. Con total legitimidad, la misma que cualquier otro partido que forma parte del panorama político navarro. Y así puede explicarse el trabajo decisivo de EAJ-PNV a través de sus responsabilidades en esas diferentes instituciones para la consecución en los últimos años de logros como la última actualización de la aportación de Nafarroa al Estado en el marco del convenio económico, los avances para la asunción de la transferencia de la competencia de tráfico o la reciente transferencia de la competencia para gestionar e Ingreso Mínimo Vital (IMV) por parte del Gobierno de Nafarroa, tan importante para las personas más vulnerables en estos tiempos.
Llegamos a celebrar nuestros 110 años de historia, 110 veranos en Nafarroa, con muchas incertidumbres a la vista derivadas de la situación de pandemia. Con el reto de la reconstrucción económica y social que traerá consigo. Dificultades a las que, como en otros tiempos, los hombres y mujeres de EAJ-PNV contribuiremos a hacer frente por nuestro sentimiento abertzale y de profundo compromiso con nuestra tierra. Y con vocación de hacerlo desde la colaboración y el acuerdo con otros. Esa ha sido una seña de identidad de este partido en Nafarroa en los últimos tiempos: la apuesta por una colaboración plural con diferentes fuerzas políticas y personas independientes (Nafarroa Bai antes y ahora Geroa Bai). Una colaboración que ha cosechado unos frutos insospechados para amplios sectores de esta sociedad navarra en los últimos años. Nuestra aspiración es que así siga siendo. Por encima de siglas y colores. Desde la lealtad y el respeto mutuo. Desde el trabajo serio y riguroso. En el caso de los hombres y mujeres de EAJ-PNV una trayectoria de 110 años nos avalan.
Izan zirelako gara eta garelako izango dira.
El autor es presidente del Napar Buru Batzar de EAJ-PNV