a estamos en la carrera para conseguir los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) marcados en la agenda del gobierno para 2030. Si algo hemos aprendido en estos meses es que la gestión del tiempo es fundamental para cimentar las bases y alcanzar nuestras metas, aunque 2030 suene algo lejano.
Uno de estos objetivos, el tercero, persigue garantizar una vida sana y promover el bienestar para la población en todas las edades. Este 2020 hemos vivido de primera mano que, para que el mundo funcione, gozar de una buena salud es primordial. No podemos hablar de un país sostenible si la salud de sus habitantes está resentida.
Para lograr este objetivo existen múltiples herramientas, pero, sin duda, el pilar fundamental es el sistema sanitario. Los profesionales médicos, hoy más valorados que nunca, y los excelentes investigadores son parte de esa columna vertebral que sostiene la salud y el bienestar. Por eso, una de las formas de llegar a ese objetivo es investigando y desarrollando nuevas herramientas que ayuden a los profesionales a ejercer su trabajo de una forma más eficiente y cómoda.
Uno de los graves problemas a los que nos hemos enfrentado en esta crisis y que debemos vigilar muy de cerca es el colapso sanitario. En este momento, incluso, nos mantenemos alertas ante posibles rebrotes. En la actualidad, la digitalización de la medicina nos brinda una oportunidad de afinar, monitorizar, dar respuesta ágil y avanzar con eficiencia para alcanzar esos objetivos de desarrollo sostenible. Las herramientas de telemedicina son claves para lograrlo y evitar la congestión hospitalaria, sin que la atención y el cuidado continuo del paciente se vea afectado.
La telemedicina ya estaba en auge antes de esta crisis sanitaria, pero, sin duda, la covid-19 ha servido para mostrar el potencial y el beneficio común de la atención médica online. En esta época, los índices de consultas sanitarias virtuales se han disparado, según datos de mediQuo, en un 153% durante el primer mes del confinamiento. Estos números nos revelan la necesidad de seguir apostando por el desarrollo de la atención on line porque ya es una realidad; el mundo sanitario se está adaptando al contexto de una sociedad que está plenamente conectada.
Asistencia 24/7, detección precoz, cuidado continuado, alivio para las salas de espera de los hospitales… son algunos de los múltiples beneficios del uso de la telemedicina, que sin duda se traducen en la garantía de una vida sana y en un estado de bienestar. Estos beneficios también afectan directamente en el profesional sanitario que, con el uso de estas herramientas, tiene la posibilidad de ejercer su labor de una forma más eficiente, segura, y cómoda.
Tecnología y medicina es una unión ya inquebrantable. No podemos trabajar en unos objetivos de salud y bienestar dejando a la tecnología y a sus múltiples funciones de lado. El avance ha de ser de la mano. Los médicos, investigadores y la sociedad en su conjunto somos conscientes de ello. Por esto tenemos que seguir trabajando codo con codo para alcanzar esos objetivos marcados para 2030. La telemedicina será un pilar fundamental para ese desarrollo del bienestar. Los especialistas sanitarios tenemos en ella a nuestro mejor aliado para el ejercicio de nuestra profesión y los pacientes pueden confiar en que reciben una atención continuada, en cualquier momento y en cualquier lugar.
El autor es médico, co-Founder & Co-CEO de mediQuo