Me dice un conocido compartiendo charla por trabajo que mires por donde mires, parece que todo el mundo está dispuesto a amargarse por cualquier cosa, a sentar cátedra en cada frase soltada en las redes sociales y defenderse de lo que considere como un ataque frontal si alguien osa matizar esto o decir que está en desacuerdo con lo otro. Cada vez que hablamos, levantamos un muro y o estás a este lado o justo al contrario. Y si estás en frente, te puedes preparar porque la cantidad de insultos camuflados en nuevos palabros que cualquiera puede soltarte en la cara, no tiene límite. ¡El juego que puede llegar a dar el término nazi unido a casi todo! Yo le digo que exagera, que tampoco es cuestión de ir por la vida como Taylor Swift y Brendon Urie en el vídeo de Me!, ni estamos al borde del precipito como seres humanos ya que hemos conseguido sobrevivir, por ejemplo, a la versión de Lau teilatu de Amaia Montero y Mikel Eren-tzun. Eso tiene que valer de algo. Pero mi doble gracieta musical me sale rana, porque el conocido en cuestión es fan tanto de Taylor como de Montero y a pesar de que en mi broma hay dos hombres incluidos, insinúa que peco de misoginia y que soy un tontonazi. Pues sí, va a resultar que estamos amargados.