Cómo está el pedacito este de tierra entre los Pirineos y el continente africano. Con la historia esta del cambio climático, lo mismo viene una ola un poco rebelde y nos lleva a todos a la piña en el fondo del mar con Bob Esponja, opción que visto el panorama tampoco parece tan mala. En nuestra inmensa inocencia, pensábamos que después del polémico final de Juego de Tronos habíamos encontrado en la investidura-no investidura de Pedro Sánchez la dosis de suspense, intrigas y traición políticas a la que aferrarnos. Pero la estrategia negociadora del candidato pasa por presionar las conversaciones con el peso del calendario, estrategia hasta ahora poco fructífera. El presidente en funciones/candidato se ha ido de vacaciones de tapadillo. Y sereno, que diría el ídem. Afortunadamente, nos queda el fútbol. Porque el conflicto a fuego y sangre de la Liga y la Federación -con último capítulo en forma de reunión de los clubes para responder a la Federación que no negociarán la ampliación de las jornadas más allá de los sábados y los domingos como les había pedido Luis Rubiales- deja en alegres juegos colegiales las intrigas de los Stark, Lannister y Cía. Al lado de los contendientes futbolísticos, Sánchez e Iglesias son finos y diplomáticos negociadores.
