A ratos, esta campaña parece una jornada de final de liga en retransmisión radiofónica multipartidos, atención Las Gaunas, adelante El Molinón. Entre las píldoras diarias de Isabel Díaz Ayuso y el devenir clásico de la campaña, se nos ha colado el tema de Iceta. El tema de Iceta tiene su punto. La operación de Pedro Sánchez para nombrarle presidente del Senado no sé si pretendía ser una genialidad pero parece abocada a ser el primer fiasco de la legislatura. ERC anunció su voto contrario a la designación de Miquel Iceta como senador, paso previo e indispensable para poder ser elegido presidente de la Cámara Alta, donde tendría el camino expedito al tener el PSOE mayoría absoluta. Un voto contrario de los republicanos al que se suman JxCat y la CUP. El pleno que decidirá sobre el tema se celebrará hoy, así que no habrá que esperar mucho para conocer el desenlace de este asalto pero el portazo a Iceta parece hecho. Hay una cuestión curiosa en todo esto: ¿no es llamativo -aunque sea perfectamente ajustado a Derecho- que presida el Senado -y por tanto adquiera rango de una de las principales autoridades del Estado- alguien, cualquiera, que no ha concurrido a las elecciones para formar parte de esa Cámara? Quizá sea de esas cosas que deberíamos replantearnos.
