Cuando el día 24 la Dra. Lucrecia Garcia Feijoo termine de pasar consulta en su despacho del ambulatorio en la calle Olaguibel de nuestra ciudad, habrá puesto fin a su vida laboral y una nueva etapa comenzará en su existencia.

Quienes firmamos esta carta (y seguramente la totalidad de sus pacientes queremos desearle todo lo mejor en su jubilación en compañía de su familia y que todos sus proyectos se realicen de acuerdo con sus deseos. Pero sobre todo, no podemos dejar de hacer público nuestro agradecimiento a quien desde el momento que hemos estado en su cupo, ha dedicado de una forma sencilla y hasta humilde sus conocimientos para aliviar el malestar, enfermedad y sufrimiento que nos ha podido llevar en cada ocasión a su despacho. Pero todavía más, y eso es algo que está por encima de cualquier saber, la forma amable, dispuesta y afectuosa que ha desarrollado su profesionalidad. Haciendo una vez más lo que predicaba su ilustre colega D. Gregorio Marañón sobre la curación por la palabra.

Gracias Dra. Lucrecia por tus cuidados y amistad, nos dejas un tanto huérfanos y tristes por tu ausencia, pero donde quieras que estés, que sepas te echaremos en falta y recordaremos tu profesionalidad y buen hacer. Con todo cariño.