El uso del inglés en el título de este editorial es una licencia excepcional, pero estamos ya inmersos la gran cita anual de Gasteiz con el rock en Mendizabala. Una de las cabezas de cartel de esta edición del Azkena Rock Festival, Joan Jett, siempre quedará en la historia de la música ligada a ese auténtico himno de I love rock and roll. La decimoséptima edición del ARF, que vuelve a contar con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA como medio oficial, tuvo su particular aperitivo con el Osteguna Rock y que ayer vivió su primera jornada, tanto en el corazón de Gasteiz llevando la música hasta la Virgen Blanca, como en Mendizabala. Una agenda de altura que, por supuesto, tiene a la mencionada Joan Jett y a Van Morrison como las grandes estrellas pero que ofrece un sinfín de opciones de ineludible buena música, desde los locales Allnighters o Tutan Come On, pasando por Turbonegro, Chris Robinson Brotherhood o The Sheepdogs, por citar algunos. El rock toma Gasteiz convirtiendo un año más el Azkena Rock Festival, no solo de una de las grandes citas musicales y culturales que acoge el territorio anualmente, sino en el principal evento. Este año, la organización calcula que entre 30.000 y 35.000 personas asistirán al festival, muchos gasteiztarras y alaveses, pero también muchos de ellos llegados de fuera y para un buen número de ellos el ARF se ha convertido en una cita habitual formando parte de esa gran familia de azkeneros que mantienen viva la llama del Azkena durante todo el año. Un movimiento de visitantes, de asistentes propios y ajenos, que lógicamente tiene su impacto más allá de Mendizabala y que, apuntalado también por esa vibrante simbiosis entre rock y ciudad que propician todas las actividades paralelas al festival -igual que lo hacen a lo largo del año las salas de la ciudad programando conciertos de nivel-, es también sin duda un revulsivo para la economía local. Ya se conocen las fechas en las que el ARF volverá a resonar en Gasteiz en 2019, será el 21 y 22 de junio en su decimoctava edición. 18 años de Azkena que ligan a la ciudad con el rock, un atractivo que Vitoria, igual que ha apostado por vincularse con otras cualidades bien merecidas, no debe desaprovechar. Por lo demás, es la hora de las guitarras porque sí, parafraseando a Joan Jett, we love rock and roll.