Mi compañero Alfredo falleció hace unos días debido a una grave enfermedad. Morir, no quería morirse, porque le gustaba mucho la vida pero lo que si tenía claro es que cuando llegase su momento quería que fuera dignamente y acompañado de las personas queridas.
Alfredo siempre luchó por una vida digna, por los derechos laborales, por unos servicios públicos, por los derechos sociales y dentro de estos también por una muerte digna.
Desde aquí damos las gracias a la oncóloga Iratxe Inchaurbe Echevarría y a la Unidad de Cuidados Paliativos de Araba por su apoyo médico y humano.
Aprovechamos esta nota para pedir a Osakidetza que mantenga y amplíe este servicio de forma que pueda llegar a todas las personas que lo necesiten, ya que la Unidad de Cuidados Paliativos, además de tratar el dolor y el sufrimiento derivados de la enfermedad, nos ha ayudado a gestionar los aspectos emocionales y sociales derivados de la misma, tanto a Alfredo como a toda la familia. Cuando los pacientes se sienten mejor tienen una mejor calidad de vida y una muerte más digna.
En nombre de la familia de Alfredo Martín Casarejos: