Hemos dado pasos en falso y tal vez hemos corrido demasiado para encontrarnos desfasados y desorientados en el camino de la vida. Lo superfluo e innecesario llena nuestros intereses. Los políticos se corrigen ante el “déficit” evitando gastos superfluos ya que eso implica una administración ineficiente de los fondos públicos.
Pongamos por caso una familia española normal; en la economía hogareña, hay ciertos gastos que deben realizarse obligatoriamente: pagar los servicios de electricidad, agua y luz, comprar comida y ropa, etc. Si la familia no realiza dichos gastos no puede satisfacer sus necesidades básicas. En cambio hay otro gastos no imprescindibles que se pueden considerar superfluos, alternar, ir de copas, fútbol, cine, toros etc.
Acumular lo innecesario nos resta energía y nos genera más obligaciones y tareas. Pero lo más importante de todo es descubrir que nuestra vida mejora cuando nos desprendemos de ella de los superfluo e innecesario.
Nos vendieron muchas ideas de que comprar y gastar ante la falta de dinero , no era un problema te lo prestaban. Hoy día revisamos nuestra economía como algo que nos facilita el camino del norte.