El fallecimiento ayer en sendos accidentes laborales de dos trabajadores en Urretxu y Murga vuelve a hacer patente de forma trágica el incremento de la siniestralidad laboral pese a todas las advertencias realizadas y normas preventivas aprobadas en los últimos años. No ya porque en los primeros cinco meses de 2017 en Euskadi hayan muerto en el desempeño de su trabajo 26 empleados, superando los 24 fallecimientos de los primeros seis meses de 2016, sino porque más allá de los accidentes más graves con resultado de muerte, la siniestralidad laboral dibuja una espiral creciente admitida por los propios datos de Osalan, que constató ya un incremento de accidentes laborales con baja (+7,5% en 2015 y +5,4% en 2016) y de los que finalizaron con muerte (28 en 2015 y 34 en 2016), aunque fuentes sindicales elevan aún más (53 accidentes mortales, un 6% más, el pasado año). Las cifras, efectivamente, asustan. Solo en los últimos tres años se ha pasado, siempre según datos oficiales, de 29.646 accidentes (81 al día) en 2014 a los a 33.341 (91 al día) del pasado año, lo que obliga a plantear su relación con incumplimientos de las normativas de seguridad en el trabajo por parte de empleadores y empleados -la responsabilidad, en gran parte de los casos, debe ser compartida- y muy notablemente de la no puesta en práctica de las medidas preventivas obligatorias en cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. No es casualidad, en este sentido, que el sector más golpeado por los accidentes sea el de la construcción, tampoco que el incremento de la siniestralidad laboral coincida con un aumento de la eventualidad y la precariedad en la contratación, que conllevan un descenso de la especialización, y con mayores exigencias de producción: las mismas organizaciones empresariales engloban entre las principales causas de accidente laboral el estrés y el cansancio de los trabajadores. Así, que los primeros cinco meses del año apunten a que se mantendrá e incluso agravará la tendencia repetida desde 2013 y que el pasado año indicaba aumentos de entre el 9,5% y el 15% en todo tipo de accidentes exige bastante más que la imprescindible investigación de las causas cuando estos se producen o la sanción de los incumplimientos; procede la revisión global de las relaciones laborales, especialmente en los sectores más afectados.