Ya vale, de verdad. Lo único bueno que han tenido los peores años de la crisis es que en esto nos han dejado tranquilos, por lo menos hasta cierto punto. Pero algunos empiezan a olfatear que más tarde o más temprano van a poder volver a jugar a la construcción y ya estamos. En Vitoria queremos, otra vez, hacer más grande un recinto deportivo que no se llena con su aforo actual. Tenemos una vez más el comienzo del inicio de las primeras charlas para ver si es posible que juntemos unos eurillos y nos paguemos el estudio base para el posible desarrollo de una teórica entrada soterrada del tren en la ciudad, que es como no decir nada pero suena que parece algo. Me falta que alguien plantee la necesidad de construir un auditorio y me corto las venas urbanísticas en plena Virgen Blanca, aunque espero hacerlo por el día, que a las noches en esa plaza no se ve ni lo que tienes al lado gracias a su iluminación chill out que sufrimos desde hace tiempo. ¿Regresará aquel túnel que algunos querían hacer bajo el Casco Viejo? ¿Volveremos a pensar en poner un techo de cristal a zonas del Ensanche?... Y otra vez tendré que hacer una Mesa de Redacción recordando el episodio de los Simpson y el monorraíl. Jodido Día de la Marmota.