Una marca automovilística se ha marcado un sondeo en siete países europeos sobre qué hacemos en el coche conductores y pasajeros. La actividad número uno, para sorpresa seguramente, nada tiene que ver con tener en el recuerdo a la madre o el padre de algún otro conductor o peatón, no. Lo que más hacemos en el coche es cantar. Sí, al parecer el coche es la segunda ducha. Creo que puede tener que ver con el ruido, dejamos de oírnos, amortiguadas nuestras voces por el motor, el tráfico -igual que con el agua de la ducha- y nos empezamos a venir arriba. Esta actividad se coordina perfectamente con la tercera del ranking, escuchar música a todo volumen. Por cierto, fenómeno paranormal, ¿se han topado alguna vez con alguien que escuche música clásica a todo volumen en un coche? Lo segundo que más hacemos en el coche, según esta encuesta, no me lo acabo de creer demasiado: agradecer a otro conductor. Hay que llegar al puesto 25 para encontrar las discusiones con otro conductor. Pero más divertida se pone la cosa en el puesto diez de la clasificación: maquillarse, peinarse o afeitarse. Vivimos estresados, esta es la prueba. Al menos, por aquello de quedarnos con un buen sabor de boca, cierra la clasificación hacer las paces tras una discusión.