Como cada Domingo de Resurrección, Euskadi celebra hoy el Aberri Eguna, el día de la patria vasca, una jornada tradicionalmente festiva y reivindicativa a la que los partidos políticos y otras organizaciones responden de manera muy desigual. El Aberri Eguna surgió como una necesidad de reivindicar la nación vasca, de reclamar el derecho del pueblo vasco, de la sociedad de Euskadi, a existir en igualdad y como una más de las naciones del mundo, de ser libre para decidir su futuro, su configuración política y social y, en definitiva, su lugar y relaciones en el panorama internacional. Así ha seguido celebrándose, con distintos matices, a lo largo de la historia reciente. Ya en los últimos años, únicamente las formaciones abertzales han salido a la calle para celebrar el Aberri Eguna con un espíritu cívico, pacífico y democrático, sobre todo, pasada la época en la que la izquierda abertzale y ETA aprovechaban esta jornada para escenificar una confrontación violenta totalmente alejada de la concepción misma de la nación vasca. Sin embargo, este año la novedad es que una nueva fuerza que no se considera abertzale, Podemos, ha decidido celebrar el día de la patria vasca, aunque con características distintas. En primer lugar, hay que saludar que organizaciones no nacionalistas asuman el Aberri Eguna como algo propio, como una jornada de reivindicación abierta, plural e inclusiva que nunca ha pretendido ser -salvo por parte de algunas opciones no mayoritarias- una celebración excluyente. No es cierto que sea ésta la primera vez que partidos no nacionalistas celebren el Aberri Eguna, aunque sí lo sean las circunstancias en las que Podemos, como organización emergente y que los sondeos sitúan como segunda fuerza en Euskadi, vaya a exhibir en la calle su particular concepción de patria vasca en la que, contradictoriamente, no aparece el ineludible concepto de nación. La fijación de su objetivo a la “obligación política de disputar la hegemonía nacionalista tradicional”, establecida en su propio manifiesto para el Aberri Eguna, indica a las claras el oportunismo con el que Podemos afronta esta jornada, sobre todo ante la cercanía ya de las próximas elecciones vascas. Con todo, Euskadi vivirá hoy de nuevo su afirmación nacional y la reivindicación, cada vez más generalizada, de su derecho a decidir su futuro.
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