Empiezan a circular informaciones que cuantifican el número de terroristas que supuestamente se han infiltrado en las oleadas de migrantes que buscan en Europa una vida sin bombas y pobreza. Hablan de 4.000 yihadistas de eso que se denomina Estado Islámico, toda una división militar que se habría infiltrado en la UE a través de Turquía. Este tipo de noticias son las que alimentan la estupidez de algunos de nuestros gobernantes, un suplemento innecesario ya que son muy competentes en su idiocia, cosa que han demostrado en numerosas ocasiones. Tampoco hay que ser muy listo para concluir que si la cuadrilla del Estado Islámico o cualquiera de las variantes del terrorismo de raíz religiosa quiere ciertamente hacer daño en Occidente, lo conseguirá sin necesidad de infiltrarse entre las decenas de miles de migrantes que se juegan la vida en el camino hacia la paz y la estabilidad. Pero eso importa poco. Importa más mezclar en una misma frase a unos y otros, porque esa idea tiende a permanecer en el subconsciente de muchas personas que ya han sido intoxicadas por el miedo al diferente. En cualquier caso, no parece que la supuesta infiltración de yihadistas pueda acabar con esta contagiosa ola solidaria. Ahora todos queremos ayudar. Mola. ¿Hasta cuándo?