el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, anunció la semana pasada el inicio de un proceso de reflexión interna con el objetivo de aumentar la capacidad de influencia de la izquierda abertzale. Habló de los importantes retos que nuestro país tiene planteados en cada uno de los tres ámbitos en los que está institucionalizado, pero evitó aclarar cuál es el papel que Sortu representará en cada uno de ellos, ni en lo que respecta a su actuación institucional ni en el de la participación popular. No fue fácil deducir cuál era el mensaje que Arraiz deseaba comunicar ni a quién iba dirigido. La información que hoy publica DNA, relativa a las críticas que algunos sectores han planteado a la dirección de Sortu tanto por su estrategia de actuación como por su funcionamiento interno, parecen indicar que el líder del partido de la izquierda abertzale se dirigía a su militancia y planteaba algunos de los asuntos que aparentemente han generado controversia. Da la impresión de que todo está en cuestión. Empezando por lo más inmediato, parece que la izquierda abertzale tiene grandes dudas sobre la fórmula bajo la que le conviene presentarse a las próximas elecciones generales; si lo harán como EH Bildu, como Amaiur o con alguna nueva denominación. Parece también que la propia fórmula de EH Bildu puede estar en cuestión, como también lo estarían los liderazgos dentro de Sortu. Los resultados electorales de las ultimas municipales y forales han dejado un gusto amargo en la militancia y hay quien cuestiona incluso el cambio estratégico protagonizado estos últimos años, con el rechazo de la violencia y la participación institucional. La izquierda abertzale es un mundo opaco en el que ha sido difícil saber dónde y quiénes tomaban las decisiones. Han sido muchos años en los que una pequeña estructura político-militar ha impuesto sus decisiones y en el que la participación y el debate han brillado por su ausencia. No hay duda de que la apertura de un debate democrático y participativo, abierto a toda su militancia, puede ayudar a dar un nuevo impulso político y social a este mundo que bajo la genérica denominación de izquierda abertzale representa la voluntad de un importante número de ciudadanos. Muchos son los retos que la sociedad vasca tiene planteados y el compromiso democrático de todos es una condición necesaria para su resolución.