llega la recuperación. Tranquilos todos. El paro baja y el crecimiento económico se acentúa. Los datos son expeditivos: 295.000 parados menos en el segundo trimestre del año y un crecimiento interanual del número de ocupados de casi el 3%. Fíjense si la cosa va bien que algunos ya vaticinan un desempleo inferior al 20% a finales de año. ¡Sólo una de cada cinco personas en paro! Y la economía crece y no para. Incluso a un ritmo aún más vertiginoso de lo que preveía el siempre comedido y cauteloso gobierno. Y además, los griegos del Syriza ese bajándose los pantalones y aceptando reformas a cambio de euros. Ya les ha costado entrar en razón a los rojunos esos. Se demuestra, por si no lo teníamos claro todavía, que los bandazos radicales que se puedan dar en un futuro con nuestros ignorantes votos no harán sino desbaratar el magnífico camino emprendido por los que realmente saben lo que más nos conviene. Como a los imbéciles de los griegos. Se creían que iban a cambiar algo y a tirar del resto y míralos ahora, con el rabo entre las piernas. ¡Faltaría más! Dice el FMI de la inefable Christine Lagarde que hay que bajar más los sueldos para reducir aún más el paro. La crisis se acabó. Y además hace bueno en verano. Miel sobre hojuelas.
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