veo al Alavés muy puesto. Ha perdido los últimos partidos ante dos de los mejores equipos de la categoría, pero da la sensación de que en ningún momento el equipo de Alberto ha bajado los brazos ni se ha abandonado tras haber cumplido el objetivo trazado para esta temporada: evitar el extremo sufrimiento del ejercicio anterior. Por cierto, no entiendo a los que aún discuten al técnico albiazul cuando lo cierto es que está cumpliendo con las expectativas por encima incluso de lo esperado en un club tan acuciado por el tremendo lastre que supone el pago concursal de la deuda. Dejando a un lado a los críticos -que siempre los habrá y si no, esto no sería fútbol- lo cierto es que los puestos de promoción están a cinco puntos de distancia con todavía siete jornadas por delante. Tan injusto sería juzgar a este equipo por acabar fuera de la pelea por el ascenso como estúpido el regocijarse con acabar la campaña en zona de nadie. La experiencia nos enseña que los planes casi nunca se cumplen, que las oportunidades hay que cogerlas cuando surgen y que en casi ningún caso los trenes vuelven a pasar, al menos no muy seguido. El Alavés tiene ahora una seria oportunidad de regresar a Primera División. ¿Por qué conformarse con menos?
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