mucho me temo que no le van a ir bien las cosas a la compañía alemana a partir de ahora. A medida que van apareciendo datos sobre el terrible suceso del avión estrellado en los Alpes, el prestigio de la considerada como compañía más grande de Europa se tambalea. Vale que el tal Andreas Lubitz trabajaba en Germanwings, una filial al parecer destinada a desaparecer desde antes del siniestro. Vale que la compañía nodriza está intentando a toda costa desagraviar en lo posible a los familiares de las víctimas pagándoles 50.000 euros de indemnización a fondo perdido, trasladándoles al lugar del accidente e incluso poniendo de su bolsillo para acelerar y facilitar el rescate de los restos. Pero parece cada vez más evidente que han fallado los mecanismos de control previos a la contratación de los empleados destinados a pilotar sus aviones. Los datos que se van filtrando por parte de fuentes oficiales son sencillamente espeluznantes. Resulta que el copiloto asesino estaba de baja por depresión y que se lo había podido ocultar a su empresa. Ayer se supo que había sido tratado años atrás de tendencias suicidas... Que un tipo con este historial esté a los mandos de un avión es evidentemente un garrafal y fatal fallo de seguridad por parte de quienes lo contrataron.
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