la marcha de Heurtel constituye el enésimo, y seguramente ni siquiera penúltimo, capítulo de uno de los ejercicios más caóticos del Baskonia. Cuando aún no ha terminado el año, llevamos ya dos entrenadores y la friolera de 18 jugadores en el por ahora vano intento de conformar una plantilla competitiva en Europa y la ACB. Habrá todavía más cambios con la probable baja de Hamilton y la posible de Vujacic en los próximos días. Quizá venga alguien más, quién sabe, en otra vuelta de tuerca de este auténtico tiovivo en el que se ha convertido últimamente el club presidido por Josean Querejeta. En el transfondo de tanto cambio y, por tanto tanta inseguridad, subyace la crisis económica que azota al club pero también una errática política de fichajes que le ha llevado a fracasar a la hora de valorar el potencial de muchos jugadores contratados en los últimos tiempos. Valgan como ejemplo los tres citados anteriormente así como White, Gomes, Perkins y Orlando Johnson, nombres que conformaban el roster en verano y que ya no están en Vitoria. Pero es que el año pasado se probó sin éxito con Odom, Clark, Kaukenas, Hodge y Kelati. Tampoco sirven Mainoldi, Hanga, Renfroe y Jelinek. Demasiadas apuestas fallidas para que acabe bien un año fundamental en lo que a la Euroliga se refiere.
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