la Justicia no es machista, al menos no del todo. Y no por contradecir a Pablo Iglesias cuando responde de las andanzas de su pareja Tania Sánchez Melero a la que acusan ahora de favorecer con contratos públicos a su hermano. Al líder de Podemos se le nota últimamente algo nervioso a pesar de las encuestas favorables o quizá precisamente debido a ellas. En fin, en este caso me refería a las estrategias de los abogados cuando les toca defender a esposas de corruptos y demás maleantes que le están haciendo la campaña al de la coleta. El argumento más socorrido es que ellas no sabían nada, que eran simples floreros que se dedicaban a gastarse los euros del marido sin preguntar ni cuestionarse su origen, como mandan Dios y las buenas costumbres. A unas les ha ido mejor que a otras, claro. Así se ha librado Cristina de Borbón de las acusaciones más graves al contrario que Ana María Tejeiro, la mujer de Diego Torres, el socio de Urdangarin, que sí ha sido imputada por blanqueo. Los argumentos defensivos -ignorancia y estupidez- fueron idénticos en los casos de las demás esposas de chorizos. No me caben los nombres de tod@s aquí. Por ir a la última, ahí tenemos a Ana Mato, ministra ya dimitida, a la que al parecer no le ha valido escudarse en las felonías de su ex a pesar de haberlo intentado entre fiestas y viajes.