Quienes se hayan educado durante el siglo pasado comprenderán más fácilmente lo que quiero expresar. Cuando servidor acudía al colegio, periodo que abarcó toda la década de 1970, las clases de historia y geografía no sólo se impartían de manera muy diferente a la actual, o eso espero, sino que esa historia y esa geografía mismas eran otras. Europa no tenía nada que ver con lo que hoy es. Había Estados que hoy no existen y no existían Estados que hoy son tales. En algunos casos han logrado su condición a tiro limpio, lo cual, se mire como se mire, no es la mejor manera de alcanzar un objetivo. En otros, el proceso ha discurrido por caminos más tranquilos, con votaciones, urnas y todo el andamiaje. No cabe duda de que en esos lugares, durante los procesos por alcanzar la independencia, había grupos políticos que nada querían saber de secesiones y separatismos, y así lo expresaban en los medios de comunicación de sus países. Uno vive su presente. Cabe pensar que dentro de cincuenta o setenta años Catalunya será otro Estado. Y los estudiantes analizarán el proceso en los libros de Historia mientras el resto de la sociedad sobrevive, como hace ahora. ¿En el temario entrará también Euskal Herria? Molaría. Con la normalidad que otorga el paso del tiempo.