¿Existe un equipo cuyo trabajo es asesorar al alcalde? (asesorar, en el fatuo lenguaje político, quiere decir hacer y decir cualquier cosa con tal de ganar las próximas elecciones). Demos por sentado que sí, que hay un grupo que le dice lo que tiene que decir y hacer, lo cual no significa que el grupo crea en lo que le dice que diga y haga: su propósito, y el de su asesorado, es ganar. No existen más consideraciones. ¿Encuentran algo más despreciable que hacer o decir algo en lo que no crees sólo porque puede asegurarte un puñado de votos más? Y es que no concibo que puedan sostenerse con unos mínimos de sentido común y sentimiento solidario afirmaciones como las que defiende el alcalde de Vitoria-Gasteiz sobre el supuesto fraude en las ayudas sociales, centrándolo en el colectivo de inmigrantes del Magreb, para agitar a los racistas de verdad y a los que les puede la boca. Parto de la base, por lo tanto, de que todo es una impostura con un objetivo electoral, incluidas las propuestas de limitar el acceso a las ayudas. No soportaría lo contrario sin sufrir un profundo asco: tanta descomposición moral me provocaría arcadas. Prefiero pensar que todo es una táctica sucia e inhumana. Que su vergüenza, si la tienen, los condene al silencio y el fracaso.