Subyace aquí la diferencia entre partidos nacionalistas y nacionales, que no son exactamente lo mismo. Los partidos nacionales no necesitan hablar de colaboración o de pactos, ni definirse como nacionalistas; sencillamente tienen unos principios comunes elementales que asumen y ante los cuales saben, con naturalidad, que deben someterse en nombre de la comunidad que representan.
Decía Benjamin Franklin que "las puertas de la sabiduría nunca están cerradas". Siempre hay tiempo para aprender. PNV y Bildu, aprendan de CiU y ERC.