ESTE Ayuntamiento nuestro trabaja con sentido común, sí señor. El año pasado hizo cuentas (uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... desconozco hasta dónde llegó) y calculó que recaudaría unos 6,5 millones de euros en multas, que en pesetas vienen a ser cerca de 1.085.500.000. Pastón. Habría necesitado ingresar más de 17.000 euros al día en sanciones para cuadrar balance. Erró. Al cierre del ejercicio pasado, el dinero que llegó a las arcas municipales vía receta de la Policía Municipal ascendió a 3,118 millones. Por poco. De los errores se aprende, así que el nuevo Ayuntamiento, que viene a ser el mismo que año pasado, ha decidido subir el listón: para este 2013 -euro arriba, euro abajo- las multas cuadrarán presupuesto con nada menos que 6,8 millones. Lo primero que me viene a la cabeza fue lo que solía decir un viejo profesor del cole, religioso por más señas, cuando perdía los papeles: "pa'chulo yo y pa'puta mi novia". Puestos a perder papeles, diríase que nuestros próceres de la plaza, además de extraviarlos definitivamente, han debido de vender la calculadora o han donado a la UPV parte de su cerebro en vida, o todo él. Veamos: si el año pasado abrieron las puertas para que entraran 6,5 millones en multas y sólo cruzaron el umbral menos de la mitad, ¿qué les hace pensar a nuestros gobernantes que este 2013 lloverán millones en sanciones? Es una pregunta retórica: el mismo motivo por el que creen que venderán a doblón cientos de hectáreas de suelo público aunque no lograran colocar a nadie ni media parcela el año pasado: su irresponsabilidad.