JOSEAN Querejeta será el nuevo dueño del Alavés. Se trata de una noticia que ya confirmó el propio presidente del Baskonia el sábado a través de unas líneas (comunicado) que vaya usted a saber desde cuándo estarían escritas. Por fin hay solución... ¿o no? Es martes y nada más se ha sabido de aquello. Han pasado tres días, señores, y nos tienen en ascuas. Parece que hoy se expresarán los Ruiz de Gauna y que la Diputación, también hoy, mostrará su comprensible satisfacción y alivio por el nuevo rumbo que parece va a tomar enseguida la nave albiazul. Hombre, ya sabemos todos que los fines de semana son prácticamente inútiles -perdón, inhábiles- y que tanto futboleros como baloncestistas andan más preocupados esos días de manejar bien las pelotas -para meter goles o canastas, digo- que de las finanzas. Y que no conviene empezar la semana demasiado rápido no vaya a ser que nos estresemos. Y tampoco habrá que alargarla mucho, supongo, porque llegaríamos cansados al fin de semana. Y suma y sigue en esta larga y tediosa partida de ajedrez. Mientras unos optan por la apertura envolvente y que me lo pidan, otros se enrocan para vender cara su derrota -en el sentido literal de la expresión- aunque sin demasiadas piezas valiosas en torno al rey, la verdad. Es un duelo con miles de espectadores, expectantes y ansiosos por saber cómo y cuándo llegará el jaque mate definitivo. Si yo fuera jugador me daría prisa en ejecutar y explicar mis movimientos. No vaya a ser que se acabe el tiempo o, lo que es peor, el público acabe harto de tanto meneo mental.
