Es la enfermedad que afecta a muchos vitorianos y que desde el Ayuntamiento se fomenta su expansión. A la pésima planificación urbanística de los nuevos barrios que, tras sólo unos pocos años de su implantación se ha quedado anticuada y obsoleta (habría que ver los méritos, curriculums y formación en urbanismo de ciertos gurús locales puestos a dedo dedicados a consumir excesivo suelo, poner casitas, construir calles con sitio casi exclusivamente para la circulación del coche y hacer rotondas demenciales), habría que añadir la obsesión de las asociaciones de vecinos por los aparcamientos. Esa parece ser su prioridad. Por encima de parques infantiles, espacio para el peatón, bidegorris, equipamientos, seguridad en la calle, etc. Entiendo que en determinados barrios sea una necesidad urgente ya que los pisos se hacían sin plaza de garaje y el espacio es muy limitado. Pero no así en los nuevos barrios en los que cada vivienda va con su respectivo garaje y muchas van incluso con dos.

Creo que el Ayuntamiento y las asociaciones de vecinos deberían reclamar espacio para el peatón, para el disfrute del ciudadano con mayúsculas. Tenemos en los nuevos barrios auténticas autopistas urbanas con tres carriles en cada dirección, etc, que lo único que favorecen es el uso sin sentido del automóvil.