NADIE, bueno en este mundo hay gente para todo, pero quitando algún cenutrio, nadie niega que los no fumadores habéis estado sometidos a nuestra cruel tiranía y habéis tenido que padecer los terribles efectos de la dictadura a la que os teníamos sometidos.
No importaba ni dónde estábamos ni con quién estábamos. Si nos apetecía, sacábamos y encendíamos sin preocuparnos lo más mínimo si molestábamos o no. Una conducta incívica, insolidaria y, sobre todo, reprochable. Y desde aquí pido perdón. Pero si hacíamos esas cosas no era por molestar, al menos en mi caso, sino por pura ignorancia. En esta vida la educación es fundamental para todo y, afortunadamente, hemos aprendido que una situación como la que habéis padecido nunca más se puede repetir. Sería una injusticia intolerable.
Nadie creo que sea tan ignorante como para defender que el consumo de tabaco sea bueno, porque el tabaco no tiene nada bueno. Y para mí lo peor del tabaco es la adicción que te crea. Te engancha de tal manera que tu vida gira en torno a él. Yo llevo enganchado 34 de mis 48 años, y os aseguro que la única forma de acabar con este vicio es impedir que los críos de 12, 13 y 14 años tengan acceso a fumar. Y tal y como están las cosas tenemos una buena ocasión para intentar romper el relevo generacional y ponérselo difícil a los jóvenes de 18 a 20 años. Eso sí que sería dar un gran paso en la buena dirección. Dicho esto también tengo que decir que me gusta echar la partida con los amigos, tomarme un par de copas y fumarme un cigarrito. Y si la suerte nos acompaña, permitirnos el lujo de decir con socarronería eso de "no es nada lo que habéis perdido para lo que habéis aprendido". No sé si eso será la felicidad, pero estoy seguro que se aproxima mucho. Y en estos tiempos de crisis todos necesitamos tener un refugio donde poder olvidarte, al menos por un rato, de lo que hay afuera y estar relajado y disfrutar de lo que está a nuestro alcance. Esta ley nos quita nuestros refugios. Y será un vicio deplorable, pero si lo tenemos es porque desde el Gobierno, éste y todos los que ha habido, nos lo permiten y en muchos casos lo han fomentado. Y aunque no lo podáis entender, creedme que para nosotros una partida sin tabaco es como un jardín sin flores. Hay mucha gente que está enfadada e indignada. Yo sobre todo estoy asustado. Esta ley cambia por completo mis hábitos sociales y, por lo tanto, cambia mi vida.
Y aunque escribo yo, no sólo soy yo. Nosotros queremos pediros vuestra ayuda porque la necesitamos. Sabemos que el cuerpo os pide venganza pero ¡por favor!, demostrarnos que sois mejores que nosotros. Vosotros mejor que nadie sabéis lo que es pasar un calvario. ¡Por favor! No nos obliguéis a pasarlo a nosotros también. Sinceramente, creemos que tenemos derecho a tener algún sitio donde poder tomarnos una caña mientras echamos humo.
Rafael Torrubia
Respuesta a "La pregunta a los lectores"