Una vez más desde Saratxo decimos que no estamos en contra de solucionar el tema de la carretera, pero nos sentimos desamparados y nadie nos apoya en el trabajo porque no desaparezca nuestro pueblo.

No es de recibo que a estas fechas aún no tengamos los planos definitivos, no sabemos cómo nos vamos a comunicar peatonalmente con el barrio Los Mesones, como irán los niños a coger el autobús escolar o al apeadero del tren. No sabemos cómo ni dónde se podrá reubicar el caserío que pretenden tirar, no sabemos cómo van a solucionar el tema a los vecinos que les quitan la mitad de sus terrenos y tienen negocios, ni cómo solucionarán la bajada del arroyo que va desde la zona de la escombrera hasta el rio. No es de recibo que familias no sepan dónde podrán reubicar su vivienda o su modus vivendi y no nos ponen más que trabas y malos modos.

Ahora que van a pasar menos coches es necesario hacer una rotonda en la carretera de Lekamaña (¿para liberar más terreno?). No sabemos cómo se garantizará la estabilidad de las casas de la venta Los Aires o si la gente a la que les tiran cabañas podrán rehacerlas en otro sitio. No entendemos por qué no podemos tener entrada y salida hacia Orduña, en tiempos en los que técnicamente todo es posible.

Hay muchos temas en el aire y que sin su solución no es posible la ejecución de la carretera. Hemos tenido muchas horas de reuniones de las que hemos salido con la misma sensación de impotencia y desamparo. Unos marchan de las instituciones diciendo que es el mejor proyecto y no nos escuchan, otros llegan y dicen que es una locura, pero pasa el tiempo y siguen sin escucharnos. Hacen que Saratxo sea el pagano de sus desatinos.

En definitiva, no sabemos por qué hay que gastar este dineral de 25 millones de euros, ni por qué el empecinamiento en este proyecto si todo el mundo piensa que gastando la mitad y sin destrozar un pueblo se puede hacer una carretera sostenible, segura y menos problématica en todos los aspectos. Es importante oír a todas las partes.