Los bisabuelos de Julen nacieron en la década de los años 20, conocieron el cine como pantalla social y espectáculo de multitudes, pero en sus colegios no se proyectaban películas. El bisabuelo Manuel montó alguno de los primeros televisores y sus hijos conocieron la llegada de la televisión a los hogares.
Los abuelos de Julen nacimos en la década de lo 50, crecimos ante la televisión como pantalla familiar y en el colegio teníamos cine (pero no televisión). Disfrutamos el nacimiento del ordenador personal y nuestros hijos fueron los primeros nativos digitales. Los padres de Julen nacieron en los 80, contaron con el PC como pantalla personal y en sus clases tenían medios audiovisuales, pero apenas iban al aula de informática.
Julen nació este año con el iPad, que es una de las pocas palabras que utiliza con ama o aita. La mayoría de sus libros no son de papel, sino de tela, de plástico o digitales. Julen y sus coetáneos convivirán con la cuarta pantalla permanente, en forma de teléfono inteligente (iPhone) para ver cine, televisión y ser competentes digitales. Mientras, en las escuelas están repartiendo miniportátiles, propios de la generación anterior. ¿Cuándo superaremos este retraso educativo?