Hoy se iluminarán algunas calles de la ciudad con motivo de las fiestas navideñas. La gran antelación del encendido navideño contrasta con la contención en el gasto que el Ayuntamiento debería realizar. Los recortes presupuestarios que se vienen realizando, dada la preocupante situación de las arcas municipales, no parece haberse hecho con un buen criterio. Se han eliminado ayudas a muchos colectivos, asociaciones que trabajan en favor de los más desfavorecidos, como el colectivo que tiene como objetivo erradicar la prostitución. Ahora el gobierno de la ciudad no aplica la filosofia del ahorro ya que debería aplazar la iluminación de las calles. El encendido navideño si se realizara el día 15 de diciembre los ciudadanos seguro que apenas lo notaríamos. No es una necesidad ciudadana el alumbrado, al contrario, los vecinos de esta ciudad lo que queremos es que se lleve a cabo una racionalización en el gasto para evitar una mayor presión impositiva.
En los últimos tres años se nos han incrementado los impuestos municipales una media del 18%, lo que nos da derecho a conocer lo que se ha hecho con nuestros dineros. Entre otras cosas sería muy interesante ver expuesta estas navidades la maqueta del señor Toyota. Una iniciativa que tendría una mejor acogida que las luces navideñas ya que nos ha costado a los vitorianos la escalofriante cantidad de un millón de euros. Además queremos que este Ayuntamiento se gestione de la misma manera que lo hacemos los contribuyentes en nuestros hogares. Nos atamos el cinturón renunciando a demasiadas cosas porque la realidad es muy dura y lo impone.
Entiendo que las navidades es una época de alegrías, pero no significa despilfarro y menos en la situación en la que nos encontramos de crisis. La iluminación navideña tal vez no sea muy costosa, pero los agravios comparativos que crea hace que se genere un elevado malestar ciudadano.