ya estamos aquí, que no es poco. Escalonadamente hemos vuelto a encontrarnos con las caras amigas. Estamos todos. Y mira que a pesar de que ha descendido el número de víctimas en carretera, la cosa estaba complicada. He visto varios accidentes, incluso he sufrido algún que otro percance sin importancia pero he vuelto. Es más, algunos de los percances me han llevado en volandas hacia nuevos amigos.
Como autocaravanista convencida que soy, he dado muchas vueltas descubriendo lugares increíbles. Me he topado en el camino con otros autocaravanistas felices con este modo de viajar y hartos de que se nos trate como rácanos aprovechados que llevan la casa a cuestas y pretenden vivir en cualquier sitio gratis. Esto no es así. En los lugares que hemos pernoctado, aparcado, descansado? los hemos dejado igual de limpios que antes de llegar. Hemos gastado dinero como otros turistas, comprando recuerdos, regalos, artesanía, productos típicos y comiendo. ¡Lo que hemos comido! y bebido? Ha habido días que hasta hemos entrado en cámping. Fíjate qué derroche.
Pero siempre hay sorpresas, como en la localidad gallega de Baiona. El dueño del cámping llamó a la policía local para que viniera a aquel sitio en el que había muchas autocaravanas aparcadas y para que las multara, cuando tenía el cámping lleno y además infringía la Ley de Costas. La otra cara de la moneda, en la también localidad gallega de Porto Do Son. Tres hosteleros le dijeron al alcalde que ni se le ocurriera prohibir que las autocaravanas durmieran en el puerto, porque son los que más gasto les hacen en comidas y cenas.
Pero lo mejor de todo es que sigo de vacaciones, por lo menos en actitud, lo cual no significa rendir menos, sino pensar en positivo. Sigo con mi horario de siempre, sigo con el mismo trabajo o más acumulado, sigo con la casa, la compra, los niños? pero sigo de vacaciones. Porque me da la gana. Esa es la actitud. Cumplo feliz y con una sonrisa y antes de que termine el día intento tener conversaciones intrascendentes con la cuadri.
Todos están aquí. Los que fueron al Cantábrico a coger olas, los que estuvieron en el Mediterráneo comer y echar, comer y echar, los que se fueron al extranjero, los que han estado en el pueblo. Las anécdotas son divertidas, ha pasado un poquito de todo. También están esos conocidos nuevos con los que ahora se mantiene contacto telefónico o por email. Casi todos hemos vuelto al trabajo, algun@ queda en el paro, pero todo se andará.
Os dejo, tengo que ir preparando las maletas para las próximas vacaciones.
Elena Alonso
Participe en el debate expresando
sus respuestas, o bien
proponiendo nuevas preguntas,
por las siguientes vías: