Pertenezco al numeroso colectivo que viven con pensiones de menos de 1.000 euros y, aderezados con resignación y mucho amor, sobrellevamos las dificultades de estirar los euros para conseguir que alcancen lo máximo posible. Esto va cambiando y, por una cosa u otra, empezamos a ver la patita de la puerta cuando llaman y comprobar que no es blanco, de inocente oveja, sino de fiero lobo, que presagian hundirnos en la miseria.
Sí, dirán que no es rebajar las pensiones, sólo congelarlas. Más, si las pensiones no suben y los precios sí, ¿cómo cambia nuestra situación?
No les pido que sean ingenieros de Caminos, ni doctores en Exactas, pero sólo con el nivel de estudios de Secundaria, por favor, sin utilizar ningún calificativo muy hiriente, no nos fastidien.