¿Cómo esta sociedad y sus gobernantes, que dicen trabajar para el pueblo y contra el paro, pueden permitir tal cinismo? ¿Cómo nosotros, que les damos ese trabajo, pasando nuestras familias verdaderas penurias para llegar a fin de mes, teniendo conocidos sin trabajo, les volvemos a dar ese trabajo en las siguientes elecciones, cuando sabemos que se van a volver a aprovechar de nuestro voto de confianza para que resuelvan el terrible paro que nos golpea a todos, menos a ellos y sus familias? ¿Cómo puede ser posible que personajes como un presidente autonómico pueda estar cobrando la nada despreciable cantidad de 60.000 euros más las dietas correspondientes y no quedar satisfechos?

Increíble, pero cierto. Aún tienen la caradura de cobrar por otro trabajo que, y lo delirante viene aquí, también lo cobran del erario público, que significa que ese dinero es de todos los ciudadanos, y también cogen las dietas por el segundo trabajo. Lo alucinante es que la cosa no queda ahí, sino que además muchos tienen un tercer puesto de cobro, como es el caso del presidente navarro. ¿No sería mejor que esos otros dos puestos de trabajo lo desempeñaran personas distintas y que se encuentren en paro? Lo peor es que esto ocurre en todas las provincias con personal elegido para gobernarnos: ayuntamientos, diputaciones, parlamentos autonómicos, Senado y demás cargos públicos. Vergonzoso.