DE acuerdo a las manifestaciones del sector de hostelería habrá un posible paro en los días 26, 26 y 27 del actual mes, fechas en las cuales en nuestra ciudad se celebran dos actos muy importantes a nivel cultural y económico (Azkena Rock Festival y Campeonato de Europa de Triatlón). Fechas bien elegidas porque son claves en unos ingresos y sobre todo por la imagen que puede dar esa posible huelga en la hostelería ante los asistentes a dichos eventos. Estamos en una crisis que afecta a todos pero muy especialmente al trabajador, el más débil en la cadena. Siempre hemos oído que el trabajador de la hostelería ha estado mal remunerado, tiene que realizar horas extras (en ocasiones no las cobran), sus turnos deben acompasarse a picos de asistencia de clientes, los festivos son fecha generalmente obligada para su trabajo ya que son los días de movimiento, etc?

Y no digamos si encima hay demanda de empleo. Entonces el hostelero aprovecha la situación y contrata empleados a los cuales las condiciones económicas y laborales no son precisamente las mejores. Si falta dinero el cliente busca otras alternativas. Se potea menos, se acude menos al restaurante y por tanto se alterna menos. Hasta hace un tiempo los locales no tenían necesidad de tener un detalle con el cliente. Ahora se está poniendo de moda el pintxo-pote los jueves y en algunos locales realizan de lunes a viernes esto mismo. Incluso se está poniendo de moda el 3x2 en las banderillas. ¿Y antes por qué no había este pequeño detalle? Supongo que era porque el cliente acudía como de costumbre y no reclamaba. En estos momentos se intenta fidelizar al cliente ofreciéndole una tapita. Las épocas de vacas gordas parece que ha llegado a su límite. A pesar de todo el gremio de hostelería (al menos en la parte centro y aledaños) no debe tener queja. El cliente acude y llena sus terrazas. Y se demuestra cómo en ocasiones no hay sitio para poder reservar una mesa. Y los precios no son cortos precisamente.

Es interesante que las partes implicadas lleguen a un acuerdo que a todos debe beneficiar. En todo convenio hay diferencias. Sería una pena que diésemos una pobre imagen ante los visitantes que llegarán en breve. Pero precisamente ésa es la carta que juega el trabajador (mucho visitante, mucho trabajo, pocos trabajadores, mal servicio)

Pedro M. Belakortu