LA intención es, al parecer, cerrar a medias el albergue de Zuaza, dependiente del Instituto Foral de la Juventud de Álava, durante la mitad de agosto y parte de septiembre. Hay que tener en cuenta que la temporada de dicho albergue abarca desde la última semana de abril hasta la primera de octubre.
El porqué habría que preguntárselo a la ya ex directora Jasone Solabarrieta. La respuesta no se puede esconder tras la crisis porque se debe sencillamente a la nefasta gestión de este instituto durante su mandato.
El reconocimiento del trabajo en festivo de sus trabajadores no se puede solventar con la reducción de servicios públicos que supone su cierre encubierto en plena actividad veraniega, menos aún cuando en su día se anunció la creación de empleo como consecuencia de dicha medida.
Son muchos años de trabajo y mucho dinero público invertido en la isla de Zuaza buscando ofertar un servicio de ocio de calidad como para permitir ahora que se recorte su uso. Todo esto es más grave si atendemos a la enorme demanda existente para la utilización de estas instalaciones. Sois muchas las personas que habéis pasado por Zuaza disfrutando de nuestro albergue y conocéis la ilusión con que tratamos de trabajar aquí.
Todavía hay tiempo para rectificar lo predispuesto por la anterior directora y me gustaría invitar desde estas líneas a la nueva dirección a que recapacite este cierre programado y reaccione. Tiempo y fórmulas habría para ello si la voluntad existiera.
Sinceramente espero como trabajador de dicho albergue que la sensatez y el buen criterio llegue de una vez por todas a nuestra dirección. Ojalá así sea. No podemos olvidar que Zuaza es tanto de la Diputación de Álava como de todas las personas que como trabajadoras o alberguistas durante tantos años hemos contribuido de una forma u otra a que se consolide como lugar de ocio público. Disfrutémoslo, defendámoslo.
Luis Zulaika Galdos