Está a punto de finalizar -o quizás esté ya terminada- la obra de reparación de la cubierta del polideportivo del Colegio Samaniego. El material se compone de placas de fibrocemento onduladas muy antiguas, siendo uno de sus componentes el amianto, material cancerígeno que cuando se manipula en trabajos de reparación o demolición, la cantidad de fibras que desprende y se quedan en la atmósfera son los suficientemente significativas para que ocasione un riesgo para la salud a las personas expuestas. El riesgo para la salud es de cáncer de pulmón o de enfermedad pulmonar crónica. Y puede pasar mucho tiempo, 20 años o más, entre la exposición a las fibras de amianto y el comienza de la enfermedad.

Cuando cualquier particular quiere o necesita realizar una obra en la que interviene el amianto, el Gobierno Vasco le exige unas medidas muy especiales en seguridad y salud, pero en este caso el promotor es el propio Gobierno Vasco.

Los dos trabajadores que están trabajando en esta obra, están andando por la cubierta, cuando la ley te indica que está totalmente prohibido. No llevan cinturones de seguridad ni careta para proteger toda la cabeza. Pueden caer fibras de amianto en el interior del polideportivo, con el riesgo para los alumnos del colegio que hagan deporte, además de que al lado del polideportivo está el edificio del Colegio Samaniego. El centro docente Jesús Obrero también está incluido en esta manzana. Por este mismo motivo, los residentes en los bloques de viviendas con vistas al patio comunitario también pertenecemos al grupo de riesgo.

El Ayuntamiento de Alicante ha tenido el mismo problema en el Mercado Central y lo ha solucionado cumpliendo todas las normas de seguridad y dando ejemplo a sus ciudadanos que se preocupa en cumplir escrupulosamente todas las medidas de seguridad y salud.

El Gobierno Vasco dicta y promulga leyes y tiene inspectores para hacerlas cumplir, pero en obras promovidas y ejecutadas por él mismo no las cumple.