La llegada del señor Surio como director de EITB me recuerda mucho aquel avión cuatrimotor de las fuerzas aéreas de los EEUU cuyo nombre era Enola Gay, y a su piloto el coronel Tibbets, porque existe cierto paralelismo en sus actuaciones: uno, el Enola Gay dejó caer la primera bomba atómica sobre Hiroshima, reduciendo a cenizas aquella ciudad llena de vida. Dos, el señor Surio aterrizó en EITB de la mano del PSE/PP, para dejar a la cadena pública vasca sin contenido vivo alguno, y para muestra el abandono y la bajada de contenido de la cadena, habiendo quedado la misma en el mayor de los desamparos de audiencia.
Señor Surio, cuando termine su mandato, espero que no tenga que repetir aquella frase que dijo el coronel Tibbets minutos después de haber soltado la bomba: ¡Qué hemos hecho, Dios mío!