EUSKO Tran, que es la vertiente tranviaria de Eusko Tren, está meditando la posibilidad de ampliar el servicio del metro ligero en las horas punta e, incluso, el establecimiento de un gautxori con pantógrafo los fines de semana e, imagino, las vísperas de las fiestas de guardar. Gran pensamiento, pero dense prisa, señores. Escribo con el conocimiento que me dan los cuatro viajes que realizo al día, ora en la línea de Abetxuko ora en la de Ibaiondo, que soy de los suertudos residentes en Lakua a los que les da igual cuál de los dos pillar. Entre las 13.00 y las 13.30 horas, la parada de Lovaina es un hervidero de colegiales que van llenando todos los vagones que llegan, operación que se completa en Sancho el Sabio y, en mayor medida, en el Europa, donde, no sé por qué, la chavalería aguarda más agitada e intenta entrar a empujones donde, en realidad, ya nadie cabe. El momento Tokio-Gasteiz se repite entre las 15.00 y las 15.30 en dirección al centro: apreturas, desodorantes ajenos y algún pisotón: nada grave, eso sí, pero uno agradecería cierta comodidad cuando lo que toca es ir a currar. Así que quienes utilizamos el tranvía con frecuencia estaríamos encantados de que en las horas punta, y las que acabo de describir lo son, hubiera doble servicio. Aunque más urgente es establecer esos viajes nocturnos los fines de semana, colocar agarraderos colgantes en el techo de los vagones y, por favor, unas cuantas papeleras para no ensuciar. Si cumplen con estas tres peticiones, me olvido del doble servicio y seguiremos viajando en conserva.