Este pasado fin de semana hemos hecho 1.400 kilómetros para hacer un vis a vis con nuestro familiar preso y no nos han dejado. Nos han querido obligar a firmar un papel para ser tocados corporalmente por ser familiares de un preso político. Como nos negamos, por violar nuestra intimidad y los derechos humanos y constitucionales, no nos han dejado entrar. Los familiares de otros presos han pasado por los detectores y han entrado. Dicen que ha llegado una nueva orden de Madrid, que no nos la quieren enseñar. Cuando llegamos a casa oímos que Etxerat debe posicionarse políticamente, pero bastante tenemos con denunciar estos atropellos, organizar viajes... Etxerat somos un grupo heterogéneo. Nosotros no elegimos pertenecer a este colectivo, las circunstancias nos obligan para defender nuestros derechos y los de nuestros familiares, que para nosotros es prioritario. Para aplicarnos estas medidas carcelarias, no nos preguntan cómo pensamos y en Etxerat tampoco, ahí reside nuestra unidad (si lo supiéramos, nos sorprenderíamos del abanico de ideas que puede haber). Si hubiera posicionamientos políticos se acabó la unidad.
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