Había una vez un montón de jóvenes/flores que, aunque llenas de aprensión y de miedo, no quisieron dormirse una vez terminado el verano.

Retando a la lógica, decidieron seguir erguidas viendo llegar el otoño, temblando con el temporal y asumiendo que tendrían que soportar el invierno para de nuevo ver llegar la primavera.

Hubo quien les dijo que estaban locas, que no era su momento, que no desperdiciasen su vida, que lo normal era quedarse en casa, estudiar para ser competitivo, divertirse, ver tele, ligar, meterse mierda y ver pasar la vida mientras el sistema poco a poco las marchita.

Las jóvenes/flores siguieron erguidas, contra viento y marea. El bosque les cubrió, el musgo las envolvió y Mari, viéndolas desde el Anboto, se encargó de que aguantaran vivas y llenas de color hasta que el invierno pasó. Y la primavera llegará. A pesar de muchos, y gracias a muchos y muchas más. Aupa Gazteria! Aurrera!