tradicionalmente, las Juntas Generales de Álava celebran a finales de año el pleno de Santa Catalina a modo de debate sobre el estado del territorio, pero en esta ocasión, más allá de la habitual dialéctica entre gobierno y oposición, la sesión que se inició ayer y se cerrará hoy transcurre en el marco de una profunda crisis sin precedentes que atenaza a la economía real -a miles de empresas, trabajadores y familias alavesas- y dibuja un horizonte de incertidumbre para el futuro de Álava. El diputado general, Xabier Agirre, acudió a las Juntas Generales con un extenso discurso cuyo contenido estaba enteramente condicionado por este "escenario radicalmente distinto" -según sus propias palabras- marcado por índices muy desalentadores en términos de paro, caída del PIB, desplome de la recaudación o de las exportaciones. En este contexto cobra especial importancia el llamamiento a la colaboración institucional que realizó el diputado general -obligado al equilibrio con un alcalde gasteiztarra o un lehendakari de distinto color político-, favorecido por un pacto global de estabilidad y unos socios presupuestarios dispuestos a arrimar el hombro en Álava. Agirre puso ayer sobre la mesa dos líneas de debate para transformar y modernizar el tejido económico alavés con la vista puesta en nuevas actividades productivas y, por otra, para redefinir el modelo futuro de los Servicios Sociales, además de un tercer eje basado en el activo que supone para este territorio la revitalización de su sector primario y su mundo rural. Son retos ambiciosos -para los que además se comprometió en fechas concretas en los próximos diez meses- y complicados en cuanto que requieren de estrechas complicidades empresariales y sociales, de una política fiscal clara y en un año que en términos económicos se augura tan o más duro que el actual, pero que encierran una interesante apuesta estratégica de fondo por Álava. Este planteamiento admite un debate sobre lo que se ha hecho o no estos dos últimos años, sobre su mayor o menor nivel de concreción o sobre cuestiones más o menos polémicas en la gestión de su equipo que Agirre esquivó en su intervención inicial -matices que previsiblemente saldrán en la sesión parlamentaria de hoy-, pero al menos propone algunos raíles para que Álava encarrile su propia salida de la crisis.