recientemente, los partidos PSE, PNV y Hamaikabat alcanzamos un acuerdo en materia fiscal, tributaria y presupuestaria que ha dotado a las instituciones vascas de la estabilidad necesaria para poder seguir luchando con decisión contra la crisis económica. Un acuerdo institucional que, en lo presupuestario, supone el mantenimiento de las políticas sociales, una contención del gasto en el capítulo de personal de las administraciones públicas y una política financiera equilibrada. Éstos son acuerdos de orientación del gasto en materias muy importantes que van a permitir que la administración pública vasca pueda poner en marcha a partir del 1 de enero de 2010 unos presupuestos por valor de 17.371 millones de euros.

Sin embargo, lo que quiero destacar en este artículo es la otra pata del acuerdo de estabilidad institucional contra la crisis, la política fiscal tributaria. Y es que sin los acuerdos necesarios en materia de ingresos, las administraciones vascas, entre otras cuestiones, estarían aprobando presupuestos por una menor cuantía que la señalada anteriormente. Desde que comenzaran las negociaciones, allá por finales de julio, además de trabajar las cuestiones del gasto, desde Hamaikabat reclamamos la necesidad de revisar la tributación debido a que los ingresos públicos caían un 25%. Parece ser que no es muy beneficioso para los partidos políticos decir que hay que subir los impuestos. Sin embargo, defendimos la necesidad de revisar la política fiscal a fin de que los ayuntamientos, las diputaciones y el Gobierno vasco pudiesen sacar adelante los mejores presupuestos para hacer frente a la crisis.

Al final del proceso de negociación, todos entendimos la necesidad de revisar la fiscalidad. Así, entre otras cuestiones, se aceptó para los tres territorios la eliminación de los 400 euros a las rentas superiores a 20.000 euros, incrementar las rentas de capital en dos puntos hasta el 20% y eliminar el régimen especial de tributación de las SICAV.

Estos últimos días, sin embargo, están aflorando opiniones en contra de una de las medidas tributarias acordadas: la eliminación del régimen especial de tributación de las SICAV. Estas sociedades gestionan el patrimonio de las grandes fortunas y van a pasar de tributar el 1% a tributar el 28%, tal y como lo hacen el resto de sociedades.

Esta medida tributaria ha sido tachada por algún miembro de Gobierno vasco como inútil, demagógica y populista. Además, desde la dirección de la Bolsa de Bilbao se sostiene que la eliminación de las SICAV puede suponer el vaciamiento de dicha institución y el traslado de equipos profesionales fuera del País Vasco. Alguno ha llegado a sostener que se quiere echar a los ricos fuera de Euskadi y que no se está apoyando al sector financiero vasco. Por ahora, estas tesis tienen el respaldo del PP.

Nuestros responsables de Hacienda vienen repitiendo una y otra vez que, sobre todo en estos momentos de crisis económica en los que hay que mejorar los ingresos públicos para mantener las políticas sociales y seguir invirtiendo en el tejido productivo, tiene que aportar más aquel que lo puede hacer. Por este motivo, al contrario de las propuestas de la Hacienda española, en Euskadi hemos propuesto unas medidas fiscales que afectan directamente al que más puede aportar.

Así, en Hamaikabat somos contrarios a subir el IVA -un impuesto que afecta a todos por igual- en un momento de crisis, que es precisamente la medida que ha puesto sobre la mesa el Gobierno de España. Reconociendo que entre las medidas tributarias acordadas en Euskadi algunas tienen un mayor valor cuantitativo que otras, también hay que reconocer que todas tienen un gran valor cualitativo. La eliminación del régimen especial de tributación a las sociedades gestoras de las grandes fortunas supone eliminar privilegios y avanzar hacia un sistema fiscal más justo y equitativo.

Defendemos que el modelo fiscal tiene que ganar autoridad ante los ciudadanos, de manera que iniciativas de reformas tributarias y lucha contra el fraude encuentren el mayor respaldo posible. Los privilegios incompresibles para aquellos que menos lo necesitan suponen una falta de ejemplo que debilita el sentido del pago de impuestos. Desde Hamaikabat defendemos asimismo un modelo fiscal vasco que se desarrolla generando condiciones para premiar las inversiones productivas y no compitiendo con costes fiscales más bajos dando cabida a figuras especulativas.

En Euskadi hay 93 SICAV que en 2007 arrojaron unos beneficios de 45 millones de euros. Sin ninguna duda, el sector financiero debe seguir siendo un sector estratégico en Euskadi para que siga invirtiendo en las empresas de este país. La crisis financiera ya nos ha enseñado que otro tipo de inversiones, que no son productivas, no son sostenibles para la economía. A nuestro entender, sin embargo, los sistemas de privilegios al capital deben desaparecer por el bien común. Así pues, el acuerdo de estabilidad institucional supone también un avance en la defensa de la igualdad fiscal.

Una igualdad necesaria para que el modelo fiscal vasco gane autoridad y ayude a recuperar el liderazgo de lo público. Un liderazgo público necesario, sin duda, para hacer frente a una crisis económica y sus consecuencias en el tiempo.