Este espíritu hospitalario que define a Senegal ha permitido que, en este país de mayoría musulmana, pero con minorías cristiana y animistas, no haya problemas entre religiones. Y también que las diferentes etnias del país como los Wolof, los Serer o los Pular, además de la pequeña colonia europea, hayan convivido sin grandes problemas desde la independencia respecto a Francia hace 63 años.
Información de interés
* El portal oficial de turismo es www.visitezlesenegal.com
* No hace falta visado para entrar a Senegal.
* No hace falta adaptador para enchufes.
* Es recomendable contratar un seguro médico. No hay ninguna vacuna obligatoria, pero si algunas recomendables si se piensa salir de las ciudades y zonas turísticas.
* La moneda nacional es el Franco FCA. Tiene un cambio tipo de 654 cfas por euro. En el aeropuerto de Dakar lo cambian por 640 cfas por euro, y en el centro de la ciudad por 650 cfas. Las tarjetas, mejor si son de crédito, funcionan sin problema, pero solo en tiendas formales.
* En el aeropuerto se puede comprar una tarjeta SIM desde 5.000 cfc (8 euros) para tener llamadas locales y 15 gigas de datos para un mes. Las compañías son Free y Orange. Las llamadas en roaming cuestan 5 euros el minuto.
* El francés es el idioma de la Administración.
* La App Yango es una app de taxi para moverse por la ciudad. Este servicio de uber regional ofrece carreras por entre 2 y 5 euros dentro del área metropolitana de Dakar.
Su capital y actual puerta de entrada para los viajeros internacionales, Dakar, fue creada hace 150 años por orden de un general francés. Conocida internacionalmente por el rally automovilístico que terminaba allí, no fue, sin embargo, la capital de Senegal hasta su independencia en 1960.
Este dato explica las pocas construcciones coloniales existentes. El barrio del Plateau, donde se encuentra el Palacio Presidencial y que concentra la actividad comercial, conserva sin embargo el aire de las nuevas ciudades poscoloniales que se desarrollaron tras el fin del colonialismo en la década de los 60 y 70 con el afán de crear un Estado y un sentimiento nacional.
Y aunque Dakar no tiene fama de destino turístico, hay varios atractivos que merece la pena no perderse. Uno es el Museo de las Civilizaciones Negras. El moderno edificio, inaugurado en 2018, por cierto, de construcción china, es una buena opción para conocer la historia de las culturas locales del oeste africano. Ideado con el objetivo de recuperar la autoestima de las culturas africanas, el recinto incluye también salas dedicadas al arte tradicional. Pero más allá de la calidad de sus piezas artísticas o arqueológicas, lo realmente interesante es la opción de sumergirse en el discurso africano sobre su propia historia y su cosmovisión en un continente que hasta apenas 60 años no tuvo voz propia.
Arte y monumentos
Para los interesados en profundizar en el arte de la África subsahariana, una buena opción es el Museo de Dakar IFAN o Museo Theodore Monod de Arte Africano, ubicado en la misma zona central de Dakar (https://ifan.ucad.sn/musees/). La entrada para ambos es de 6.000 FCFC.
Otro museo interesante en la zona es el del Banco Central del África del Oeste, el museo BCEAO, que descubre al visitante los sistemas monetarios previos a las colonias europeas. También incluye salas expositivas dedicadas a explicar la historia del polémico franco CFA (Comunidad francesas de África), una moneda compartida por 8 países africanos con cambio fijo respecto al euro. Su valor viene respaldado en parte, y más de medio siglo después de las independencias, por el tesoro francés.
Otra visita típica en Dakar es el Monumento al Renacimiento africano, una gigante estatua de bronce bajo la cual se ubica una nueva sala de arte negro, que fue diseñado por ingenieros norcoreanos y que en su día levantó polémica al mostrar a un hombre y una mujer desnudos.
Se puede decir que Dakar no es un destino bonito, pero sí muy interesante para conocer la idiosincrasia del África subsahariana. Una realidad ubicada a tan solo 3.500 kilómetros de nuestra tierra en línea recta. Es decir, mucho más cerca que destinos como Moscú, América Latina o Nueva York, pero tremendamente lejana a nivel mental.
Quienes disfruten de sumergirse en la vida de la ciudad como un local, no deben dejar de tomar un café en algunas de las animadas calles en torno a la plaza de la Independencia, leyendo algún periódico como Le Soleil, o callejear por el mercado de Sandanga formado por varias decenas de calles en torno a la avenida Emile Badiane, en el centro de la ciudad, donde se venden desde joyas hasta todo tipo de baratijas sin que puedan faltar las camisetas de las selecciones africanas de fútbol.
Gorée, la puerta de no retorno
En la isla de Gorée, a tres kilómetros en ferry de Dakar, es visita obligada profundizar en la historia de Senegal y del África negra. Además, desde allí se puede disfrutar de unas buenas vistas de Dakar desde el mar. Sus escasos 17 kilómetros cuadrados son clave en la historia moderna del mundo, ya que desde aquí partieron, para no regresar más, millones de esclavos negros hacia América.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978, la pequeña isla fue ocupada por los portugueses a mediados del siglo XV, momento desde el que se convertiría en punto de intercambio comercial, incluyendo el comercio de esclavos, entre los negociantes europeos que la ocuparon y los reinos africanos.
La Casa de los esclavos, convertida hoy en museo, fue el epicentro de este comercio. A su alrededor se conservan casas coloniales donde vivían los comerciantes europeos, algunas de las cuales están abiertas al público reconvertidas en tiendas de recuerdos, galerías u hoteles.
Los edificios coloniales de Gorée más espectaculares se encuentran cerca del Museo de los esclavos. Cuenta con explicaciones pobres pero interesantes sobre la historia del África del oeste. En esta zona, frente a la playa y el muelle, y mirando a Dakar, se encuentran también unos restaurantes donde comer platos occidentales, pero también pescado local.
Saly y Pointe Sarene, un destino en auge
Como la mayor parte de las metrópolis del continente africano, el ritmo de Dakar es frenético. Y además sólo ofrece una cara de la realidad del país, la más moderna. Para conocer el país interior hay que alejarse de la capital.
Una opción es viajar al norte hacia Saint Louis, la antigua capital de la África occidental francesa. Fundada en el siglo XVII por marineros normandos, la ciudad perdió su importancia política, pero quizás por eso, ha conservado su espíritu histórico. El Hotel La Poste, donde dormían los pilotos del servicio postal francés que llevaban la correspondencia entre Europa y América, es uno de los monumentos destacados, y sigue funcionando. Apodada la Venecia africana, se encuentra muy cerca de la frontera francesa y el ritmo de la ciudad es mucho más pausado que Dakar.
Hacia el sur, la ciudad de Saly y la zona de Pointe Sarene se están convirtiendo en destinos de moda para el turismo internacional. Sus playas de arena blanca y el clima seco y templado durante el otoño e invierno lo convierten en un destino ideal de descanso y para viajes en familia. Y también como complemento para relajarse tras una visita a la trepidante Dakar.
La oferta hotelera está aun en construcción, pero en la localidad de Saly existe una oferta bastante amplia de hoteles cómodos, y también de locales más baratos. En Pointe Sarene, se abrió recientemente el hotel Riu Baobab, que ofrece todas las comodidades típicas de un resort.
Además, los visitantes de esta zona de Senegal pueden combinar la estancia en un resort con las posibilidades de explorar en excursiones de día a su alrededor. Entre ellas, la visita a la reserva de Bandia (www.reservedebandia.com) es la más recomendable, especialmente para viajeros que pisan por primera vez África o quienes viajan en familia. Con sus 3.000 hectáreas, se trata de una reserva muy pequeña en comparación con las que existen en el este de África, pero es hogar de jirafas, cebras, rinocerontes, gacelas y, por supuesto, baobabs, el árbol nacional.
Antes de viajar
Música: Ismaël Lô y Youssou N’Dour son dos de los músicos más populares de Senegal. El primero es el autor de Tajobone, la canción incluida en Todo sobre mi madre, de Almodóvar, y el segundo llegó a colaborar con Neneh Cherry. Disponibles en Spotify, Google Music y Primer Music.
Literatura: La más recóndita memoria de los hombres. Novela Premio Goncourt 2021 de Mohamed Mbougar, es una historia entre África, París y Sudamérica. Senegal, Mon Amour (Círculo Rojo). Es una crónica de Jordi Costa, cardiólogo de una ONG, que habla sobre sus experiencias en Senegal.
Películas y documentales: Staff Only. El viaje de Marta. Estrenada en la Berlinale, narra la historia de una joven catalana que va a pasar las vacaciones con su familia a Senegal. Disponible en Filmin. Sueños de África y Senegal, la senda de África son dos documentales disponibles en RTVE Play (gratuitos).
Prensa: Le Soleil de Senegal (www.lesoleil.com) es el diario de mayor tirada del país.
No muy lejos, a unos 70 kilómetros al sur, se encuentran la localidad pesquera de Joal-Fadiouth y el parque del Delta del Saloum, donde pasear en barca. Llegar en transporte público a estos puntos no es nada fácil, aunque sí posible. Para ello, en los propios hoteles de Senegal y en los portales especializados de Internet se ofrecen excursiones en grupo o privadas. Para quienes viajen en grupo de 2 a 4 personas, alquilar un coche para recorrer Senegal de punta a punta por libre puede ser otra muy buena opción.
Los coches de alquiler no son especialmente baratos y la gasolina se paga a precios similares, pero puede compensar en ahorros de tiempo, comodidad y posibilidad de salirse de las rutas establecidas llegando por ejemplo a Gambia, el microestado anglófono y vecino de Senegal, que se encuentra a 3 horas en coche de la zona hotelera de Saly- Pointe Sarene-Ponto.