La gota es una patología reumática provocada por el acúmulo de los cristales de urato en las articulaciones, que sigue estando rodeada de grandes mitos, principalmente por el desconocimiento de la población. Uno de ellos, se relaciona directamente con la alimentación y la ingesta de determinados alimentos típicos de fechas navideñas como el marisco, la carne roja o el consumo de bebidas alcohólicas. 

Sin embargo, aunque se pueda creer que tras las fechas navideñas se produce un incremento en las consultas a causa de la gota, según explica el doctor Enrique Calvo, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Infanta Leonor (Madrid), “los niveles de ácido úrico se hallan más altos en verano”.

El marisco tiene un contenido considerable de purinas y sí se ha relacionado con niveles altos de ácido úrico en sangre y con ataques de gota (artritis). Además, se ha demostrado que las purinas de origen animal tienen mayor influencia en los niveles de ácido úrico circulantes que las vegetales. Por este motivo, el experto aboga por no aconsejar a los pacientes eliminar las verduras de la dieta. “El consumo de carne debe ser moderado y variado, el pavo puede ser beneficioso o menos perjudicial que otros tipos de carne (aunque no es necesario suprimir la carne roja), y se debería intentar también consumir pescado blanco”. Asimismo, entre los alimentos beneficiosos para la gota están los lácteos desnatados, café, aceite de oliva, cerezas y otras frutas.

Tal y como explica el doctor Calvo, para que ocurra un ataque de gota “no solo importa cuánto y qué se ingiere, sino también otros factores como la hidratación corporal, el estrés, el uso de medicamentos, los ingresos hospitalarios, la adherencia al tratamiento reductor de uricemia, etcétera”.

El especialista alerta de que esta enfermedad reumática crece de forma paralela al envejecimiento de la población por un aumento en la expectativa de vida. En el Estado se estima que la prevalencia de esta enfermedad se sitúa en el 2,4% de la población adulta, lo que supone más de 800.000 personas, según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología.

Además de los factores comentados, hay otros que pueden desencadenar gota, “como la contaminación ambiental o la exposición al plomo”, añade el experto.

El dato esperanzador que apunta el doctor Calvo es que los pacientes que sufren gota pueden llevar una vida normal con medicación y un estilo de vida saludable, buenos hábitos alimenticios y ejercicio físico adecuado.

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Qué síntomas produce la gota?

Lo más frecuente es sufrir ataques de inflamación en la primera articulación metatarsofalángica, es decir, la que une el dedo gordo al resto del pie, sobre todo en su cara externa. Suele ser un proceso agudo y muy doloroso que empieza por la noche o primera hora de la mañana, y con una hinchazón y un dolor tan intensos que pueden llegar a despertar y a hacer que hasta el mínimo roce moleste. Es habitual que se acompañe de eritema o enrojecimiento de la piel que rodea a esa articulación. 

¿La gota solo da ataques en el dedo gordo del pie?

No. Aunque es la primera articulación metatarsofalángica es la más frecuentemente afectada, pero también puede inflamar el tarso (empeine) del pie o el tobillo, confundiendo al paciente y a médicos inexpertos haciéndoles pensar que se trata de un esguince. También puede inflamar otras articulaciones como la rodilla, el codo, la muñeca, etc.

¿Puede padecerse un ataque de gota con niveles normales de ácido úrico?

Sí. Los niveles de ácido úrico en sangre en el momento del ataque de inflamación no siempre son representativos de la cantidad de cristales de urato depositados en las articulaciones. Hay pacientes con ataques evidentes de gota que tienen el ácido úrico normal, y también hay pacientes con cifras elevadas del mismo que sin embargo padecen pocos síntomas. Tener el ácido úrico normal en una analítica no excluye el diagnóstico de gota.

Si los niveles de ácido úrico son altos en analíticas de sangre, ¿será gota?

Hiperuricemia y gota son dos conceptos diferentes. Hiperuricemia significa tener elevado el ácido úrico en sangre, esto es, niveles superiores a 6’8 mg/dL (7 mg/dL, por convención), pues ese es su punto de cristalización. Hablamos de gota cuando existen depósitos de cristales de urato en los tejidos (articulaciones, riñones, etc.). Aunque solo una de cada diez personas con el ácido úrico alto sufrirá gota, ésta suele precederse y acompañarse de una hiperuricemia crónica. 

¿Cuándo ir al médico?

Si se experimenta inflamación articular o dolor recurrente sin ningún golpe que lo justifique, especialmente en el dedo gordo del pie, el empeine, el tobillo o la rodilla. También puede consultar a su médico si sus niveles de ácido úrico se encuentran siempre elevados en analíticas de sangre. Lo mismo si existen antecedentes familiares o se sufre hiperuricemia.

¿La gota se produce por ciertas comidas y bebidas?

Aunque la alimentación es importante, la gota se produce en más del 90% de casos por un problema de eliminación del ácido úrico por el riñón. No es recomendable abusar de alimentos ricos en purinas: cerveza (con y sin alcohol), bebidas alcohólicas de alta graduación y bebidas edulcoradas (refrescos, etc.), vísceras, carne roja y carne de caza, marisco y pescado azul (sardinas, anchoas, etc.). El tomate puede facilitar ataques articulares en pacientes con gota, pero un consumo moderado del mismo no suele originar problemas, pues las proteínas animales producen más purinas en nuestro organismo que las vegetales. Es aconsejable beber entre uno y dos litros de agua al día y resultan beneficiosos los lácteos desnatados, las cerezas, los alimentos ricos en vitamina C y el café (consumo moderado). 

¿La gota se puede curar cuidando la alimentación y evitando el alcohol?

En la mayor parte de los casos la respuesta es no. De la misma forma que la hipertensión arterial no suele solucionarse solo rebajando la sal de las comidas, el paciente con gota también suele necesitar la ayuda de fármacos. La mayoría de enfermos que sufren gota llevan años depositando urato en sus tejidos sin ellos saberlo o notarlo, y estos acúmulos no se pueden disolver solamente cuidando la alimentación (aunque esto sirva de ayuda). 

¿La colchicina o los antiinflamatorios tradicionales curan la gota?

No. Son medicaciones empleadas frecuentemente en los ataques agudos de inflamación articular para calmar el dolor y la hinchazón, pero esto solo consigue quitar los síntomas producidos por los cristales de urato sin eliminarlos. Para curar definitivamente la gota necesitaremos disolver esos acúmulos cristalinos con medicación. El depósito de cristales de ácido úrico sólo se resolverá con constancia en la medicación, supervisada por un médico, y con unos hábitos de vida saludables.

¿Por qué con la medicación para disolver los cristales de urato puede haber también ataques inflamatorios?

Aunque resulte paradójico y sorprendente, esto puede y suele ocurrir con frecuencia en los pacientes con gota cuando se introducen medicamentos como alopurinol, febuxostato o benzbromarona sin la oportuna profilaxis antiinflamatoria, haciéndoles creer erróneamente que les resultan más perjudiciales que beneficiosos, cuando eso no es cierto, sino todo lo contrario. Por ello, en los primeros meses que se introducen estos fármacos debe intentar añadirse además un tratamiento preventivo de ataques con colchicina a dosis bajas o algún antiinflamatorio equivalente como naproxeno a dosis bajas.

¿Realmente la gota o el ácido úrico alto son peligrosos?

La gota es mucho más que una articulación que se inflama y duele ocasionalmente. Produce una inflamación sistémica y no sólo articular, además de poder afectar a órganos vitales como el riñón. La hiperuricemia y la gota se relacionan además con el síndrome metabólico, de forma que no es raro encontrar varios factores de riesgo tradicionales en los enfermos con gota, como obesidad, niveles altos de colesterol y triglicéridos, resistencia a la insulina, hipertensión arterial, etc.