¿Es lo mismo presión que tensión arterial?
No es lo mismo, aunque a veces se use indistintamente, presión que tensión. La tensión es la presión multiplicada por el radio. Si inflamos un globo que tenga tetillas, la pared del globo estará más tensa en la parte central que en las tetillas, mientras que la presión es la misma en todas las partes ya que están comunicadas.
La tensión arterial debe mantenerse dentro de unos valores apropiados. Si es baja, la sangre no llegará bien a las partes más alejadas del corazón y si es muy alta acabará dañando a las tuberías por las que va, las arterias, que pueden acabar por romperse, produciendo, por ejemplo, una hemorragia cerebral. Es el mayor peligro de una hipertensión. Al medir la tensión arterial se toman dos valores, la máxima o tensión sistólica y la mínima o tensión diastólica. La arteria aorta recibe la sangre expulsada por el ventrículo izquierdo. Parte de la sangre sigue su curso y otra parte dilata, es decir, hincha, la aorta. Cuando el ventrículo se relaja para recibir más sangre de la aurícula, la aorta se está ya contrayendo y empujando la sangre hacia delante y hacia atrás. La sangre que retrocede no puede entrar en el corazón porque se lo impide la válvula aórtica. Esa es la TA mínima, que es la que tiene que vencer el ventrículo si quiere expulsar sangre. Cuanto mayor sea la fuerza que haga la sangre de la aorta sobre la válvula, mayor fuerza tendrá que hacer el ventrículo para abrirla. Si la TA se mantiene alta el músculo ventricular se va desarrollando, se hace más grueso, y acaba fallando (insuficiencia cardíaca). Además de las tensiones alta y baja, es muy importante la presión del pulso. Ésta es la diferencia de presión que hay entre la máxima y la mínima, que si es muy grande aumenta mucho el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.
¿Cuáles son los valores normales de la tensión arterial?
Los límites, por arriba, son 140 / 90 mm Hg. Cuando se padece alguna enfermedad como la diabetes, o se ha tenido algún accidente cardiovascular previo, lo aceptable es 120 / 80 ó menos. Decir 140 ó 14 es lo mismo, 140 son mm. y 14 son cm.
Hg. es el símbolo del mercurio, en latín Hidrargirium, (agua de plata). La TA varía en cada latido, no digamos ya con la actividad física y mental. Un deportista, en pleno esfuerzo tiene una máxima de 180, es la tensión normal durante el esfuerzo.
La Hipertensión Arterial
Es la elevación permanente de la TA por encima de 140 / 90. Antes de hacer un diagnóstico de HTA hay que tomar la TA unas cuantas veces durante 2 ó 3 meses. Hay que estar seguros, porque no se puede empezar un tratamiento para toda la vida, a la ligera. No hay ninguna prisa, unos meses no son nada en el desarrollo de la hipertensión. La HTA, con el tiempo, acaba por estropear las arterias. Las más afectadas suelen ser las del cerebro, el corazón y los riñones. Para comprobar su estado, se hacen revisiones rutinarias: fondo de ojo, análisis y electrocardiograma. La hipertensión puede ser primaria, cuando no se sabe cuál es su origen o secundaria, provocada por otras enfermedades, como estenosis de la arteria renal. La inmensa mayoría de las hipertensiones son primarias y las secundarias se arreglan, generalmente, con una intervención quirúrgica. Cuando las cifras de tensión son bajas, hablamos de hipotensión arterial. La máxima está por debajo de 100.. La hipotensión no suele dar problemas. Sólo si uno se incorpora rápidamente después de estar mucho rato tumbado puede notar mareo y caerse. A largo plazo no da problemas.
La hipertensión no da síntomas
No duele la cabeza, no produce mareos, ni visión borrosa, etc. salvo casos excepcionales y en tensiones muy altas. La HTA al ser más propia de la edad adulta, puede coincidir con otras enfermedades, diabetes, exceso de colesterol, etc., en la misma persona, lo que agravará su pronóstico. Cuando las mediciones de la TA varían mucho es conveniente hacerse un MAPA, (Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial), para hacer el diagnóstico. Consiste en llevar un manguito de medir la TA en el brazo, durante 24 horas, para saber los valores de TA a lo largo del día y de la noche. También se usa para comprobar si la medicación que se está tomando para bajar la tensión es eficaz. Para medir el efecto de esa tensión alta en el corazón se hace un ecocardiograma La TA se puede medir en la consulta, en la farmacia o en casa. Normalmente da más elevada en consulta que en casa. Se debe tomar tres veces, con un intervalo de 2 minutos entre cada toma y luego hacer la media de la alta y de la baja. Es decir sumar las 3 altas y dividir entre 3, y lo mismo con las bajas.
¿Tratamiento? Para toda la vida
Si uno deja la medicación después de 10 años de tomarla, volverá a tener la tensión alta, pero sus arterias y su corazón estarán en mejores condiciones que si no hubiese seguido el tratamiento esos años. Controlando la tensión se vive más tiempo y en mejores condiciones pues evitamos, o retardamos, las minusvalías provocadas por los accidentes cardiovasculares. No todo consiste en tomar la medicación. También hay que tener unos hábitos de vida saludables. Para controlar la hipertensión hay que evitar en lo posible el estrés, tomar poca sal, controlar el peso, hacer ejercicio. Ni el café ni el alcohol suben la tensión. El café puede producir taquicardia, palpitaciones, a las personas sensibles, pero no afecta a la tensión.
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